La palabra "AMOR" está compuesta por el prefijo negativo "A" (sin) y "MOR" (separación): significa "no separar", "unión". Un vínculo amoroso requiere, aceptar y acariñar mi proceso, tú proceso, el nuestro. Esto requiere trabajo conmigo mismo y la cooperación del otro. De lo contrario si es uno solo el que pone, está condenado al fracaso, por muchos años que vivan mirando hacia otro lado y dando lugar solo a apariencias.
Preciosa, comentan los numerosos invitados a la ceremonia, algunos, que apenas conoces, o no has tenido trato profundo para estar en el acto más importante en vuestra vida, pero la moda para quienes la siguen, impone el número de invitados a 150, craso error, terrible gasto.
Os habéis vestido con las mejores galas ¿y?? Ya no hay vuelta atrás, a nos ser "Novia/o a la fuga"
Comentarios a la llegada:
Hermoso el vestido lleva la novia, ¡Mire a sus ojos! Nunca engañan, la felicidad hace desorbitar las pupilas ¿Es así? O es un corderillo que se deja hacer?
Elegante el novio... ¿Y su rictus? Quizá va forzado por circunstancias que ni siquiera él mismos sabe explicar, pero deseado que todo termine, incluso la Luna de Miel, que quedará en el recuerdo como Luna de hiel.
Podría seguir enumerando muchos momentos que el reportaje fotográfico desvela del comportamiento de "Los novios"? se lo dejo a su "Ojo clínico", les aseguro que muchos han vuelto fingiendo y deseando que todo fuera un mal sueño y despertar rodeados de la felicidad que una vez creyeron o soñaron.
CUENTO O REFLEXIÓN
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir favores, hizo publicar a su padre, el rey, un Bando, que su hija LA PRINCESA se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero. El palacio se llenó de flores y regalos de todo tipo, cartas de amor incomparables, poemas. Y entre todos aquellos regalos, ¡descubrió una piedra!; simple y sucia, una pequeña piedra del camino. Intrigada, preguntó quién era el que había hecho un regalo tan extraño, convocó el rey a todos los pretendientes. Llegó el joven, al ser preguntado, se explicó diciendo:
- Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar princesa: es mi corazón. Y también es sincero, porque aún no es vuestro, y es duro, como solo son las piedras. Solamente cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.
El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan inquieta ante una respuesta que nunca le habían dicho, que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al río; al momento vio cómo se deshacía y convertía en arena, de aquella piedra tosca surgió una bella llama de fuego. Entonces comprendió que el amor era fuego y solo así transformaría cuanto tocaba, separando lo inútil, de lo importante.
Durante los meses siguientes se propuso cambiar su vida, y al igual que la piedra, se dedicó a separar lo inútil, de lo principal. Acabó con huidas y salidas clandestinas, excesos y recortes, las gentes de su entorno que hablaban de su tosquedad, poco a poco vieron que todo a su alrededor se volvía diferente, dedicaba tiempo a entregar comida al necesitado, enseñaba a leer a quienes lo necesitaban, y lo más importante? su alentadora palabra consolaba a todos. Cuantos trataban a?¿? salían encantados, el carácter silencioso y amargado había dado lugar a una persona cercana, transmitía calor humano y pasión en todo lo que hacía que dejó la frialdad y el menosprecio para ser un cúmulo de atenciónes.
El fuego deshizo la dura corteza del corazón, resultó ser tan tierno y justo.
Esto es sencillamente un cuento, en el qué no he puesto en mejor puesto al varón que la hembra, ustedes que ven a diario parejas paseando por nuestras calles ¿De verdad no se han formulado esta pregunta? Son realmente felices o sus corazones están ocultos bajo una capa de mentiras que endurece el vivir diario. Una simple mirada a los ojos y hablaran de un largo sufrimiento, otros, de total indiferencia, y algunos entre arrugas perdido el fulgor de la juventud, aun conservan el fuego y la pasión de un lejano día en que el azar les puso en el mismo camino. Felicidades a esta últimas parejas.
Isaura Díaz de Figueiredo