CIUDAD RODRIGO | En la obra se presenta a un jugador de tenis de mesa sin discapacidad que es llevado a los Juegos Paralímpicos
La maratoniana jornada de miércoles de la Feria se cerró en el Patio de Los Sitios (en una noche donde ya sopló algo de viento) con la compañía Club Caníbal, que puso en escena Herederos del Ocaso, una historia sobre una estafa deportiva inspirada en hechos reales.
La situación real ocurrió en los Juegos Paralímpicos de Sydney'2000, donde España ganó el oro en la competición para discapacitados intelectuales de baloncesto, pero posteriormente se descubrió que 10 de los 12 integrantes del equipo no tenían ningún tipo de discapacidad. El caso se destapó porque uno de los integrantes sin discapacidad del equipo era un periodista que logró ser admitido como jugador en la selección.
El caso de estafa presentado en la obra -también ambientado en los Juegos de Sydney'2000- no es en el deporte del baloncesto (cuya situación se llega a recordar incluso poniendo un vídeo del Telediario), sino en el tenis de mesa, donde el Presidente de la Federación Paralímpica de este deporte ve peligrar el futuro por los malos resultados de Pedrito, el campeón nacional paralímpico.
De ahí que decida coger a un antiguo jugador sin discapacidad ahora venido a menos para intentar salvar el deporte llevándolo a los Paralímpicos, con la ayuda de un peculiar miembro de la Casa Real, Leandro, que tiene más de 30 personas por delante en la lista de sucesión al trono, pero que por si acaso tiene preparado un discurso de aceptación de la Corona.