La Ciudad de la luz tiene tu nombre,
escrito con la piedra en tu mirada.
Custodia del castillo del silencio
cautivo al amanecer. Solo tú conoces
sus moradas, de encinas y de sueños,
ocultas en el agua. La anciana lejanía
del inicio de los tiempos atestigua
desde antiguo la promesa de tu obra,
tallada en la escultura del tacto.
Nos invitas a caer en la cuenta del valor
del vacío, que guarda en su regazo el sentido
de la amistad en este mes del año. Ferviente
deseo de encontrar el origen de la belleza
del sol hecho transparencia en el imposible amor
ardiente de tu pecho.
Juan Ángel Torres Rechy
@torres_rechy