193
Vuelvo a ver en la tele kilos de carne de seres humanos montadas en embarcación es de desesperación. Me niego a insensibilizarme, y trato de hacer ejercicios de justicia y solidaridad.
Me rebelo contra políticas mediocres que niegan el pan y el agua, que condenan a la muerte.
Me sublevo contra mis convecinos, esa panda de pacatos que tienen miedo hacia la llegada de otras personas; que se resisten a ayudar a quien de verdead necesita ayuda.
Sociedad vacía, dirigentes hueros, sin sustancia ni corazón.
Predican el amor prójimo, y cierran con vallas la posibilidad de la vida.
Sólo una palabra: ¡Hipócritas!