190
Hay temas que se repiten año tras año en las tertulias del bar de Emilio.
Unos guiris aparecieron hoy, a la hora del vermú, con camisas blancas y fajines rojos, a juego con la punta de la nariz y los pómulos encarnados por el alcohol.
Habían empalmado noche y día celebrando en un bar de copas la fiesta de los sanfermines y, borrachos como estaban, se golpeaban con el periódico y parodiaban medias verónicas y pases de pecho.
No tardó en surgir la polémica y cuantos defendemos que la tortura sólo se acerca a "cultura" en que acaba en "tura", volvimos a escuchar a los de siempre sus verdades mentirosas:
Que sin el toreo el toro ya se habría extinguido? Como los osos, a los que se somete a lidia desde hace siglos.
Que si los antitaurinos luego comen carne? Como si fuese comparable criar a un animal para el consumo que alimentarlo para torturarlo mientras disfrutan unos cuantos insensibles.
Que si hay un sector económico enorme detrás? Como si los apareceros y los peones vivieran igual que los ganaderos y los diestros consagrados.
En fin, eso que dicen unos como si de una muletilla se tratara y otros desmontamos sin ninguna dificultad.
De momento, ahí seguirán los sanfermines el año que viene, con los toros corriendo entre locos por las mañanas para enfrentarse al dolor y la muerte por las tardes.
Otro año más, la barbarie.