Las oficinas de Vitigudino y Ledesma se quedan sin este importante servicio, que agrava aún más el problema de la despoblación
Los ayuntamientos de Monleras, El Manzano y Sardón de los Frailes denuncian la supresión del servicio de ventanilla única de la Diputación en varios municipios de la provincia, un importante servicio a la gestión municipal" que, hasta el 31 de junio, prestaba la institución provincial a través de las oficinas comarcales y que, "injustificadamente, queda eliminado desde el día 1 de julio, sin haber recibido ninguna explicación ni tan siquiera una notificación al respecto", aseguran.
Del servicio de ventanilla única hacían uso frecuente los ayuntamientos, a los que facilitaba sobremanera el registro, sin tener que desplazarse a Salamanca, de todo tipo de documentos dirigidos a las distintas administraciones (Diputación, Junta de Castilla y León, etc.), tales como solicitudes de subvenciones, entrega de memorias y justificaciones de proyectos, tramitación de la contabilidad, etc. Pero, además, constituía un servicio de cercanía del que se beneficiaban las organizaciones y asociaciones de todo tipo y las personas particulares. Nos facilitaba a todos las gestiones con las Administraciones, una de las pocas ventajas de que disfrutábamos por vivir en zonas rurales.
"Pues bien, de la noche a la mañana, un decreto de la Presidencia de Diputación, publicado en el BOP nº 109 de 9 de junio, resolvió rescindir el convenio con las oficinas comarcales de menor entidad (así, en las de Ledesma y Vitigudino, por citar las que nos quedan más próximas) y mantener únicamente los registros en Salamanca, Béjar y Ciudad Rodrigo. Se nos da a entender que el servicio ya no es necesario para los pueblos pequeños y las comarcas rurales. Lo llaman 'reordenación' del servicio, con un término eufemístico que nos trae ecos de otras leyes de dudosa intencionalidad".
Los ayuntamientos del Bajo Tormes se preguntan "¿qué razones hay detrás de esta absurda decisión? Lo ignoramos. En las oficinas comarcales continúa el mismo personal que prestaba este servicio, ahora de brazos cruzados o destinado a otros menesteres. Pretenden quizá que nos habituemos, por vía de urgencia y sin más dilaciones, a la gestión telemática. Dicho sea de paso, hoy por hoy existen muchas limitaciones para llevar a cabo determinados gestiones, por ejemplo, acompañar memorias o documentos de cierta amplitud cuando se requiere hacerlo. A mayores, en no pocos casos resulta demasiado compleja y poco práctica la aplicación digital, que, supuestamente, debería facilitar los trámites, nunca entorpecerlos. La persona que atendía el registro, hasta ahora, era siempre una ayuda con la que se podía contar para tener la seguridad de que todo iba bien".
Pero, por encima de todo, existe una barrera digital insalvable: "En muchos de nuestros pueblos es literalmente imposible utilizar determinados programas y aplicaciones, a veces diseñados muy deficitariamente, disponiendo de una cobertura de Internet tan débil, lenta, precaria y discontinua. ¡Qué poco conocen la realidad y qué poco pisan las calles de los pueblos de la provincia quienes actúan a golpe de decreto desde una cómodo despacho en la ciudad, tan ajenos a los problemas de la gente de a pie!".
Este grupo de alcaldes señala que "por desgracia, somos pocas las personas que luchamos por mantener vivos los pueblos, defendiendo unas condiciones de vida justas y dignas para los habitantes del medio rural. El drama de la despoblación, que últimamente está en boca de todos, no se combate con supresión de servicios y recorte de derechos, sino todo lo contrario, compensando con más apoyos e incentivos las carencias y limitaciones de una realidad desigual".