Sé que son bastantes los artículos en los que os he hablado sobre algunos de los estudios científicos que demuestran la forma en la que influye la música en nosotros, tanto su estudio a diferentes edades como su escucha. Pero hoy me gustaría hacer un repaso de los beneficios que otorga la música clásica y que han sido contrastados por especialistas.
Si bien es cierto que no se puede considerar la música como el remedio absoluto para todos los males, también lo es que la música clásica es capaz de general en nosotros ciertos estímulos que nos ayudan, entre otras cosas, a bajar la presión arterial, mejorar el rendimiento y el razonamiento espacio-temporal, así como la memoria a corto plazo. Influye tanto en nuestro estado de ánimo que las sensaciones que percibe nuestro cerebro ayudan a reducir el dolor y la ansiedad y es una buena medicina para combatir el insomnio.
Tal es el beneficio de la música clásica que se usa como parte del tratamiento de algunas enfermedades que, a priori, no tienen cura, como el Alzheimer, el Parkinson, el síndrome de Tourette y diferentes formas de Autismo.
Escuchar música durante la infancia o entender el lenguaje musical mejora el rendimiento escolar, la capacidad de memoria, de atención y concentración. Al estimularse el área derecha del cerebro ayuda a optimizar las capacidades artísticas del individuo. Tanto es así que mejora las respuestas cerebrales, notándose beneficios en cuanto a la percepción auditiva y en un mejor empleo del lenguaje y de las herramientas comunicativas al llegar a la edad adulta.