Un joven estudiante tenía un gran deseo de dedicarse al bien de la humanidad. Se presentó a San Francisco de Sales y le preguntó:
"Qué debo hacer para lograr la paz del mundo?"-
San Francisco de Sales le respondió sonriente:
" No dar esos portazos tan fuertes".
Cada uno puede hacer mucho por su pueblo, por la humanidad. Edith Stein es una de tantos benefactores de la humanidad. Edith Stein nace el 12 de Octubre de 1891, en la gran solemnidad del "yom-kippur", en Breslau, Polonia, hoy con la denominación de Wroclaw. Es la menor de 12 hermanos. Después de ingresar en el Carmelo es apresada por la GESTAPO y el 9 de agosto de 1942 muere en Auschwitz, en la cámara de gas.
Desde su encuentro con Jesús quiso entregar la vida por la paz, por su pueblo, por todos. "Y por eso que el Señor ha tomado mi vida por todos, tengo que pensar continuamente en la reina Ester que fue arrancada de su pueblo para interceder ante el rey por su pueblo. Yo soy una pobre e impotente pequeña Ester, pero el rey que me ha escogido, es infinitamente grande y misericordioso. Eso es un gran consuelo" (Edith Stein).
Quiere ofrendarse por la paz del mundo y así escribe a la Priora: "Querida Madre; permítame Vuestra Reverencia, el ofrecerme en holocausto al corazón de Jesús para pedir la verdadera paz. Que la potencia del Anticristo desaparezca sin necesidad de una nueva guerra mundial y que pueda ser instaurado un orden nuevo. Yo quiero hacerlo hoy porque ya es medianoche. Sé que no soy nada, pero Jesús lo quiere, y Él llamará aún a muchos más en estos días".
Es un telegrama que Edith envió a la Priora de Echt antes de ser evacuada a Auschwitz decía: "No se puede adquirir la ciencia de La Cruz más que sufriendo verdaderamente el peso de la Cruz. Desde el primer instante he tenido la convicción íntima de ello y me ha dicho desde el fondo de mi corazón: Salve, oh cruz, mi única esperanza".
La realidad de la cruz la experimentó en toda su crudeza en Auschwitz_Birkenau muriendo en la cámara de gas, en medio de niños y adultos asesinados en masa.
Ella siempre estuvo dispuesta a todo. La gente en el campo de concentración estaba admirada de su temple. El comerciante Julio Marko concretaría después algunos detalles: la bondad para con todos, su atención particular a las madres que desfallecían; su ternura con los niños pequeños: "los lavaba, los peinaba, les procuraba pequeños alimentos".
Edith Stein fue "hija del pueblo de Israel, rica en sabiduría y arrojo?Caracterizada por una vida de virtud y renuncia?Heroica en el camino hacia el campo de exterminio.