Si quieren la custodia compartida, pónganla en práctica cuando aún están ustedes casados, y tal vez, si comparten ustedes todas las tareas con sus señoras, a lo mejor éstas tienen tiempo para sí mismas y para cuidar de la pareja y no hace falta llegar a
El otro día, no recuerdo en qué programa de qué cadena de televisión, preguntaban a una trabajadora de una guardería cuánto hemos avanzado en materia de igualdad. La respuesta volvió a sorprenderme.
Por lo visto, las que llevan los niños a la guardería, siguen siendo mayoritariamente las madres. Y a la hora de avisar de algún problemilla, se avisa a la madre porque "el padre casi siempre contesta: espera que le pregunto a mi mujer. Y de todos modos, casi nunca saben qué tal ha pasado el niño la noche o si está tomando antibiótico?"
Pero en cuanto hablamos de divorcio, el hombre se convierte automáticamente en un padre súper responsable que siempre se ha ocupado mucho de los niños.
Y lo malo es que no mienten: se lo creen. Creen sinceramente que ocuparse de los niños es levantarse una noche de cada diez, vestir al niño un día al mes para llevarle al parque, acompañar a la madre a la consulta del pediatra o preguntar mientras hace otra cosa (¿?), por lo que han dicho en la reunión del cole. Los hombres creen que eso es ser un buen padre con todos los derechos.
Y es cierto que son mucho mejores padres ahora, y cada vez más. Pero para ocuparse de los niños al 50% aún están muy lejos, a tenor de lo que dicen los estudios y los testimonios con los que nos bombardean cada cierto tiempo los informativos de la tele.
Pero hablamos de divorcio y ese hombre se convierte en la excepción de todas las reglas y es un excelente padre con todos los derechos. De las obligaciones no se habla nunca, ni antes del divorcio ni después.
Si tanto interés tienen en cuidar a sus hijos y establecer vínculos y todas esas cosas que cacarean cansinamente cada vez que pronuncian la palabra divorcio, ¿por qué no piden igualdad de derechos desde el mismo día del nacimiento de la criatura? No se les oye hablar nunca, por ejemplo, de igualar los permisos de paternidad a los de maternidad, esa reivindicación queda para las feministas. Los hombres no necesitan cuidar a los bebés: los bebés están siempre mejor con su madre, salvo que estemos en trámites de divorcio. Entonces sí, entonces los hombres reivindican su derecho de padres y este derecho se pone por encima de cualquier otra consideración, hasta el punto de que se está dando la custodia compartida incluso con sentencias firmes por maltrato.
La opinión de la madre carece de validez ante los derechos inalienables de los padres. A fin de cuentas, la madre es una mujer, o sea, una histérica y mala pécora que solo piensa en hacer daño a la persona a la que un día quiso con toda el alma.
La madre humana, por lo visto, es la única madre de la naturaleza que antepone su maldad, su deseo de venganza, al bienestar de su hijo.
Basta ya de tanto machismo, por favor.
Y si quieren la custodia compartida, pónganla en práctica cuando aún están ustedes casados, y tal vez, si comparten ustedes todas las tareas con sus señoras, a lo mejor éstas tienen tiempo para sí mismas y para cuidar la pareja y no hace falta llegar al divorcio.