OPINIóN
Actualizado 23/06/2017
Luis Marcos del Pozo

¿Tenemos permiso para fallar? ¿Si fallamos estamos condenados, o nos condenan para ordenar las penas?

Todos , absolutamente todos, cometemos errores; unos comunes, otros de suma importancia pero debería de dar igual. Claro está , siempre que aprendamos a no cometerlos de nuevo. Reincidir sobre los mismos, esconderse tras la cortina de humo, generarse la armadura personal justificadora de cualquier error, arruina las relaciones con uno mismo y con los demás, impide el crecimiento, y lo que es peor te lleva a la zona de confort en la que descansan los vegetativos.

¡Que importante es fallar!

Estamos sumidos en una cultura del éxito, que no nos prepara mínimamente para el más nimio fracaso: en la docencia, se crean competencias y se conceden premios para evitar la lidia del alumno con la noción de fracaso, de perder. Cuando somos adultos, ni se puede plantear la opción de fracaso y por ello en ese mismo momento cerramos las posibilidades de triunfo.

Aprender del fallo como proceso para conseguir el objetivo del éxito, es insalvable y debería de ser de obligado cumplimiento.

Hace unos años decía A.Duckworth :"el éxito académico tiene poco que ver con los dones y capacidades naturales de una persona y mucho que ver con su motivación y con la "firmeza de carácter". Y esto solo se consigue siendo persistente, mirando de frente, a los ojos, hacia adelante y coger impulso obviando cualquier obstáculo, realmente un fallo es la diástole de nuestro corazón.

Las mentalidades y formas de ver la vida de cada cual, pueden ser un mundo y además complejo. Pero si resumo, a mi alrededor y en mi mismo sólo veodos tipos :

Mentalidad fija: la que asume la imposibilidad de cambiar nuestra personalidad y capacidad de una forma significativa ,

Mentalidad de crecimiento: donde creemos, a pies "juntillas", que nuestras capacidades pueden ser ampliadas y modificadas, y el fracaso como una oportunidad de crecimiento.

De la inclinación a una u otra de estas mentalidades saldrá la capacidad para ser felices y lo que es mejor o peor, dejar que los demás también lo sean.

¿Por qué perder el tiempo probando una y otra vez lo fenómeno que eres, cuando podrías estar superándote a ti mismo? ¿Por qué tapar tus deficiencias en lugar de vencerlas por ko ? ¿Por qué buscar amigos o compañeros que sólo sirvan de palmeros, en vez de aquellos que también te reten a crecer? ¿Y por qué buscar lo que ha sido probado y comprobado, en lugar de buscar experiencias nuevas no escritas que te exijan el máximo esfuerzo?

Decía Le Corbusier:

"La Arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz."

Y yo me pregunto ¿ Existe algún fenómeno arquitectónico mejor que nuestro entramado cerebral? Eso sí algunos tenemos falta de luz. ¡Que se le va ha hacer!

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