La semana de la moción de censura contra Rajoy ha llegado a su fin, y como era previsible, lo ha hecho siendo rechazada por el Congreso, aunque se han abierto nuevos dilemas y expectativas en la izquierda de cara al futuro próximo.
En este sentido, lo más remarcable de la moción de censura, desde el punto de vista político, ha sido el acercamiento de posturas entre Unidos Podemos y PSOE, que a priori podría plantear ciertas dudas sobre la futura continuidad de Rajoy al frente del ejecutivo.
Sin embargo, los números siguen sin salir para un gobierno de izquierdas, por la sencilla razón de que los diputados que poseen PSOE y las coaliciones de Unidos Podemos, 156, aunque superan los 137 del PP, se quedan aún bastante lejos de los 176 necesarios para sacar adelante una moción de censura.
Y es que a un bipartito PSOE-Unidos Podemos, le haría falta una veintena de diputados tanto para poder aprobar el desalojo de Rajoy de la Moncloa, como para poder gobernar cómodamente. Necesariamente, estos apoyos deberían obtenerlos, o bien de un apoyo por parte de Ciudadanos (C's), que posee 32 escaños, o bien de los nacionalistas catalanes y vascos, que suman 24 diputados (9 ERC, 8 PDECat, 5 PNV, 2 Bildu).
Sin embargo, ni una cosa ni la otra parecen en principio factibles. La 'vía naranja', aunque es la opción preferida por el PSOE, es rechazada tanto por C's como por Podemos, que se han lanzado unas duras acusaciones entre sí en el debate de la moción de censura.
A este respecto, desde el PSOE se les ha entablado a cesar sus hostilidades mutuas y buscar un acercamiento, conscientes de que la vía que más facilitaría la llegada al gobierno del PSOE, con el reparto de escaños actual, sería el apoyo de C's y Unidos Podemos a los socialistas. Esto fue algo que ya intentó Pedro Sánchez y que no logró, firmando un primer acuerdo con C's que, a juicio de Podemos, se sustentaba en unos puntos en materia económica que escoraban demasiado a la derecha un posible acuerdo e imposibilitaban su apoyo.
Ya entonces, un acuerdo de izquierdas no sumaba de cara a optar por el Gobierno, pues la suma de PSOE, Podemos e IU daba 161 escaños, necesitando 15 más para poder llegar a la investidura, lo que exigía el apoyo, o bien de C's (que contaba entonces con 40 escaños, frente a los 32 actuales) o bien de los nacionalistas catalanes.
Esto indica que, realmente, las cosas tampoco han cambiado tanto, pues los apoyos que necesitaba entonces el PSOE para sacar al PP del Gobierno son los mismos que precisa hoy, independientemente de que haya bailado el número de escaños de cada partido.
Y es que, a falta de un apoyo por parte de C's e Unidos Podemos que los integrase en un mismo gobierno, la otra opción que le queda al PSOE es la de sumar al apoyo de Unidos Podemos el de los nacionalistas catalanes y vascos, que estaría avocada al fracaso si tenemos en cuenta que los catalanistas, que suman 17 escaños, ponen como condición irrenunciable la celebración de un referéndum de autodeterminación para Cataluña, algo que el PSOE no está dispuesto a aceptar.
Por tanto, la pregunta que queda flotando en el aire parece evidente: ¿Y ahora qué? Pues bien, o cambia mucho el panorama y, sobre todo, las posturas de las formaciones políticas, o la respuesta será bien sencilla: Mariano Rajoy no tendrá demasiados problemas para llegar como presidente hasta 2019.
En todo caso, teniendo en el horizonte el referéndum que la Generalitat de Cataluña ha manifestado que se va a hacer sí o sí, y que tendrá lugar el 1 de octubre, habrá que ver las consecuencias que puede conllevar este hecho, pues a corto plazo parece ser el único factor que puede desestabilizar al Gobierno hasta que se llegue al debate de presupuestos el año que viene.