OPINIóN
Actualizado 17/06/2017
Fructuoso Mangas

El año 2022 se celebrarán, mal hado les venga por lo que luego diré, los Mundiales de Fútbol en Catar. Se ha hablado una y otra vez del maltrato a los trabajadores llegados de fuera, de los trabajos forzados y a bajo precio, de los sobornos para quedarse con los Juegos? Las denuncias se multiplican desde todos los lados.

Y no se sabe a estas alturas si un país tan pequeño como rico podrá gestionar los vuelos casi sin espacio aéreo y si podrá importar los materiales que necesita para continuar la construcción de estadios y complementos, al haberle cerrado las fronteras los países vecinos por instigador de terrorismo extremo. ¡Y lo acusan los países vecinos que también lo financian!, pero menos y con medios y métodos menos extremos.

Y se supone que no le van a valer los cientos de millones que entregados estos años al Club Barcelona por publicidad (¿no se le cae a alguien la cara de vergüenza?) ni ser él mismo, el estado de Catar, el dueño del Paris St. Germain. O vete tú a saber, a lo peor sí le valen y le avalan?

Y ha sido una alusión de Martín Caparrós lo que me ha movido a esta reflexión que sigue y que comparto con el posible lector.

  1. Miles y miles de malasios, indios, bengalíes, filipinos, nepalíes, pakistaníes, birmanos, iraquíes, yemeníes? hasta cerca de millón y medio malviven amontonados en Catar, llevados a empujones de mafias laborales y arrastrados hasta donde sea por el hambre y la necesidad extrema. El Gobierno ha venido haciendo una y otra vez promesas de mejora sin que apenas se hayan traducido en medidas concretas.
  2. Más de un millón de familias pendientes durante seis o siete años de la suerte y de los envíos de dinero y de la salud, o de la muerte, sin comunicado por supuesto, de los que emigraron buscando el trabajo y la vida. Catar no da
    cuenta de los fallecimientos que ya son más que los futbolistas que van a jugar en el Campeonato. Es un Mundial muerto. Ya olía a podrido cuando la adjudicación y a este paso cada partido estará envuelto de rojo, de rojo de sangre.
  3. Las condiciones de trabajo y de supervivencia diaria son de tal extremosidad que si aquí cualquier vendedor maltratara hasta ese extremo a una lagartija nadie jamás le compraría su producto. A lo peor por simple estética, sin necesidad del recurso a la ética, se marcaría el artículo como inhumano.
  4. Se puede pensar que cada uno de esos trabajadores no valen más que una sabandija (de hecho en Catar hay gente y gorda que parece pendarlo), pero la inmensa mayoría pensamos que son personas con la más alta dignidad humana y ese maltrato descalifica a los empleadores y consentidores, en este caso Catar y la FIFA, y a los grandes patrocinadores, en este caso Coca Cola, Adidas y demás, y a los repartidores del producto, en este caso el fútbol, y a los compradores del artículo, en este caso las cadenas de transmisión y finalmente los espectadores y televidentes.
  5. Para evitar que cuando sea quedemos descalificados, propongo que los que sepan organicen cauces de protesta y de presión para mejorar las condiciones de contrato y de trabajo y que, si sigue todo así, cuando lleguen los partidos del campeonato nadie, ni empresas ni ciudadanos, les hagamos caso y me gustaría ver que todos los equipos clasificados jueguen sin ganas y como ausentes.
  6. Ya sé que por esto ni por nada se detendrá esa injusticia en el país más rico de la tierra (100.00 euros de Renta per cápita) ni evitará siquiera un obrero muerto de los 2.000 que ya van ni de los 4.000 que se calcula que morirán hasta el fin de las obras. Ya lo sé, pero a pesar de todo me lo digo y juro no ver ningún partido si llega el Campeonato y llego yo con vida y vista al 22.
  7. En eso quedamos y también tú puedes apuntarte y correr la voz.
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