Cuando sobre tu cabeza ves estas lamparas, sólo piensas de dónde vendra la posible solución, te da igual la marca o pespunte del dobladillo
Esto se nos está yendo de las manos, si es que no se nos ha ido ya. Esta sociedad en la que ocupo un número, tengo un código, me controlan por mil dispositivos, me "informan" dónde debo aparcar, cuanto queda hasta mi casa (¿y si fuera a otra casa?) dónde debo callar y además me incitan a no pensar.
Esta sociedad en la que las "ideas" de algunos son mucho más importantes que las realidades, a veces tristes, de los demás. La misma sociedad que se permite o nos permitimos dar cabida a una negativa estúpida, de una reacción estúpida, de unos representantes huecos pero a los que las redes sociales y los medios de comunicación en modo panfleto los han puesto en el vértice de la ola y desde los mismos sitios y por los mismos modos habría que enviar al fondo del océano.
Quedan lejos aquellos días del movimiento del 15 M donde se vislumbraba una posibilidad de política, de negociaciones?y dónde mucha gente aburrida de determinadas situaciones, aunque con inclinaciones políticas definidas podíamos ver un balón de oxígeno en algunos de aquellos planteamientos. Aquellos tahúres de la política, de la protesta teatral, de la comedia absurda se convirtieron, porque los dejamos, en los manipuladores sociales más grandes de la historia de España.
Ávidos expertos en información a la carta y teledirigida, en comunicaciones varias dónde no dudan ni se arrepienten de lanzar globos sonda envenenados "caiga quien caiga" siempre que generen un "intermedio" de desconexión social para ellos poder realizar el Show Time debidamente promocionado y que les sitúa muy cerca de la "Pasión de Abydos".
Da igual, ni se plantean el daño que pueden hacer a enfermos que gritan en silencio por una solución, que miran con ojos entreabiertos , dejando escapar una lagrima traicionera; da igual, lo importante siempre será para ellos la manipulación de la realidad, ser ventajistas y fulleros a costa de las deficiencias sociales creadas.
Protestan en contra de contrataciones ilegales que aun nadie ha demostrado, pero se olvidan de las que ellos mismo han hecho, gritan contra financiaciones indebidas e incluso delictivas, pero cierran los ojos a los apuntes de su cuenta corriente en un paraíso que no es el Edén (¿o quizás sea el de la carretera Albacete?)
Y por supuesto que condeno cualquier hecho acaecido en materia social, laboral etc que pueda hacer daño a otro semejante venga envuelto en el papel del color que sea.
Hemos llegado a un nivel de teledirección, que en los mejores portales de RRSS nos mezclan el cáncer con los bancos, las maquinas con los banqueros y opinamos sin saber, sin una mínima información y formación, todos, yo el primero como si supiera?
Cliqueamos el me gusta, como si no hubiera mañana, opinamos en los foros como recién salidos de un master monotemático.
Hablamos de Amancio Ortega y sus posibles denuncias, de la Sra. Botín y la orquesta para tumbar al Popular que parece que hemos pasado media vida con ellos, compartiendo sudores, revolcones, flatulencias y borracheras.
Pero nos olvidamos el camino recorrido hasta aquí, nadie regala nada y en España somos tan quijotes que si nos lo regalan lo desechamos por si lleva una etiqueta de Zara en la bragueta y luego gotea; condenamos como ladrones a los compradores del banco, pero nos olvidamos que podía haber sido peor si no sucede, nos olvidamos de los que desde cualquier escala dentro del mismo no hizo bien su trabajo y cumplió con su responsabilidad hasta, gota a gota, llenar el vaso de la desdicha.
No seré yo quien rompa una lanza por banqueros que llevan el euro tatuado en lo más íntimo, pero me parece de un fariseo fuera de lo común que lo hagan los que ovacionan el alerón de Ferrari o la aleta de Maclaren mientras saborean un Vermout con aceitunas machadas por semejanza con sus cambiantes intereses.