Dueña del deseo,
abre sus pétalos al viento,
envuelve su sed en el asfalto.
Ceñida en soledad,
tiñe sus hojas
de vida, aún latente.
La brisa contornea sus ramas
en un tronco almidonado.
Danza de verdes,
al borde del camino,
despierta mis pupilas.
Nace el asombro.
Foto y Texto : SOFÍA MONTERO GARCÍA