OPINIóN
Actualizado 06/06/2017
José Javier Muñoz

Reproduzco un fragmento de mi novela El anzuelo de Bagdad, de la cual el fallecido catedrático y crítico literario Ricardo Senabre dijo que "cuenta una historia de intriga de alto nivel en la que se confrontan intereses e historias paralelas desarrol

Su temperamento caliente le pedía acción, sobre todo en las ocasiones en que sus amigas chismorreaban sobre los lotes que se habían dado con fulanito o menganito, y no digamos cuando esos fulanito y menganito actuaban en la habitación contigua y llegaban hasta ella los sonidos del desahogo. Sin embargo, durante un semestre que se le hizo eterno supo contenerse y canalizar sus energías a mayor gloria de un currículum que deseaba brillante por encima de todo.

Tan loable determinación se quebró el día en que el profesor de Teoría de la Publicidad, un hombre maduro y atractivo al que se esforzaba en prestar una atención exclusivamente académica, le recriminó la endeblez argumental de un ejercicio escrito. Ella se sintió muy ofendida porque entendía que había realizado un buen trabajo y fue a presentar su reclamación a la hora de la tutoría académica. Allí mismo, en el despacho del profesor, mantuvo la más tórrida relación erótica de su vida.

En realidad fue una experiencia breve y sin alardes gimnásticos: de los primeros besos en los labios pasaron a morderse con hambre casi alimenticia, luego frotaron sus cuerpos y se acariciaron con torpeza adolescente. Tenía las bragas puestas y él se abrió camino apartando la tela con una mano. El vello rubio de sus brazos se le erizaba todavía sobre la piel color galleta al recordar el orgasmo que restalló en su interior nada más sentir que el pene erecto penetraba en su húmeda vagina. Ahora mismo, en el asiento trasero del taxi que la llevaba al Hotel New Garden, se reprodujo en ella un eco de aquel lejano placer y tuvo que sofocar un gemido.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Hoy toca erótica