OPINIóN
Actualizado 03/06/2017
Juan Ángel Torres Rechy

La poesía aspira al silencio | para esconderse detrás de la luz, | y no ser escuchada ni vista | por nadie que no seas tú.

El teatro de la memoria articula una pluralidad de escenas ?unas más verdaderas, o más apegadas a la realidad histórica, y otras más ficticias, o construidas no tanto con los hechos como con la imaginación?; ofrece sus representaciones a un público donde figuran la voluntad y el entendimiento. Pone de relieve en esos territorios del alma un entramado fantasmático, de deseos y temores.

No resulta anecdótica, o alejada de las necesidades básicas de la persona y la sociedad, la existencia de las Humanidades. Siempre que un grupo de seres humanos habite una porción de tierra, surgirá la necesidad de indagar en torno a su existencia. En su recorrido por el arco del tiempo sin interrupciones, ni fisuras, las Humanidades han representado un instrumento para echar luz sobre la dignidad del hombre. El sentido común no ha bastado para explicar y organizar la vida del ser y de la sociedad. Las narrativas vitales, por más que se vean nutridas de experiencias, nunca dispondrán de los recursos para manipular y explicar la totalidad de piezas del tablero de la realidad.

La vida cotidiana, partiendo de lo más elemental, requiere de gramáticas que describan la cartografía de la mujer y el hombre y el mundo; de dispositivos que ahormen las mentes en relación con procesos lógicos; y de técnicas que instruyan en la emisión de la palabra o la frase correcta, en relación con las circunstancias y los ideales más elevados.

Por otra parte, existen lenguajes en el campo humanístico que si bien expresan contenidos más o menos susceptibles de ser referidos por otros campos (como el de la ingeniería o las matemáticas, con el caso de conceptos como sistematismo, unicidad, o infinito), aluden de manera privilegiada a situaciones concretas de la vida, o aun a situaciones que no pueden decirse de otra forma que no sea, por ejemplo, mediante la poesía.

Resulta posible que todas las personas que posan su mirada en estas letras en algún momento (de su infancia, adolescencia, juventud) hayan escrito un par de versos. ¿O cuántos de nosotros no cantamos una canción (escrita en verso) cuando fuimos niños? La poesía puede pronunciar palabras sobre objetos o seres que ningún otro medio puede emitir: La poesía aspira al silencio | para esconderse detrás de la luz, | y no ser escuchada ni vista | por nadie que no seas tú.

Las Humanidades (todavía) tienen mucha vida. Al menos la misma que tenga el ser humano. La Historia no ha llegado a su fin y necesita de ellas. Las ciencias y las artes del lenguaje las nutrirán hoy y mañana, del mismo modo que llevan a escena el teatro de la memoria que nos constituye como seres humanos y que nos dota de un lugar en el mundo.

Imagen: Perrito mexicano.

torres_rechy@hotmail.com

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