Voy con Violeta a Viñales, pedanía de Bembibre. Nos esperan Eduardo y Manoli. Inauguramos una parrilla argentina que es la envidia del Bierzo. Nos espera un asado de vaca por derecho. Tres horas a fuego lento. Buen vino y mejor conversación nos llevan a olvidar el tiempo diario, que suele ser anodino y sin sustancia. Con Eduardo siempre salta un verbo nuevo, una palabra precisa, un apunte filosófico imprevisto. Hay personas de las que siempre se aprende, de la misma forma que hay otras que nos hacen perder el tiempo. Por eso estoy de acuerdo con los abuelos que decían que siempre debemos hacernos amigos de quien puedes aprender y de quien es generoso. Con quien no se puede uno juntar es con el ignorante soberbio y encima rácano. El asunto de la amistad es tan interesante, tan vital en nuestra vida, que por eso he decidido escribir un libro sobre el tema. Eso sí: tendrá que esperar dos o tres años. Bembibre, Benvivere.
18/mayo/jueves
Vamos a Cañizo. Los campos verdes están tristes. Algunas tierras ni se cosecharán. El agua ha sido tan escasa en invierno y primavera que el cereal no ha levantado cabeza. Los agricultores están de mal año. Una vez más. Pocas cosas son tan duras como un año malo. Tanto esfuerzo, tanto trabajo, para nada. Nada es más noble que la tierra, pero depende qué tierra y que pagos. Cuando el cielo se niega a enviar nubes no hay nada que hacer. Cruzo Benavente y veo un río Esla muy escaso de aguas, lejos de ser ese río habitual corto y caudaloso. Dejo a un lado Villalpando, que mira pasar con indiferencia. Me dirijo a la carretera de Zamora. Cuando cruzo el Valderaduey entre San Martín y Villárdiga la sensación me agobia. Juncos y mucha maleza. El agua sólo se intuye. Nada más atravesar San Martín aparece al fondo el cementerio. Ahí pienso que se concentra todo el futuro de estos pueblos y estas tierras. Tristeza. Sigo adelante, lento y pausado, sin prisa. Veo la torre de Toldanos y pienso si seguirá el nido de un halcón peregrino que desde hace un tiempo está vigilado como un tesoro de la naturaleza. Vuela un águila en círculo. De de pronto se lanza a tierra en busca de una presa que no sabe de donde le ha llegado la muerte. Enfilo Cañizo, que ya veo al fondo, después de dejar a la derecha un palomar arroñado. Vuelvo a encontrarme por el lado izquierdo con el Valderaduey. Sigue su curso como quien no sabe ni a donde va ni para que está en el mundo. La vieja arboleda de negrillos sigue enhiesta, pero escasa. Las lomas del Raso dejan ver al fondo encinas y pinos. Cañizo, parada y tranquilidad. La casa huele a limpio. Y a tiempo. Los pájaros del corral se soliviantan. Un tordo joven se sorprende. Lo cojo entre mis manos y después le ayudo a levantar el vuelo. Creo que se salvará de los gatos que andan al acecho. El pozo tiene agua, poca, pero tiene. Un milagro en medio de la estepa seca. Voy después al cementerio a reponer un boj de la tumba de mis padres que se ha secado. Después de tantos años el invierno me ha engañado. Miro al cielo y vuelvo a sentir una antigua sensación: que está demasiado alto y lejano para acordarse de estas linderas, de estos oteros, de estos caminos solitarios. Me siento, no obstante, alegre. Y es que aquí siempre el alma se me llena.
Después decidimos ir a comer a la capital. En el viejo Serafín. Zamora, la bien cercada, leo en La Opinión, está de limpieza. Está tirando las casas que en su día se hicieron junto a la muralla con lo que se despejará un buen lienzo. Zamora, aunque con dificultad, recupera su época medieval. Paseo por Santa Clara, por San Torcuato, por la plaza Mayor, por San Gil, por San Andrés. Zamora está muy arreglada, remozadas sus iglesias románicas, un tesoro, adecentadas todas las casas modernistas, sorprendentes. Llevo unos ejemplares de mi libro "Prosas de pan" a la librería "Samuret", una casa llena de historia y sabor en la calle Ramos Carrión. Compro la novela "Tierra de Campos" de David Trueba y me regalan dos libros sobre Miguel de Cervantes de Leandro Rodríguez, autor que defiende con uñas, dientes e interpretación de textos que Miguel de Cervantes era de Cervantes, población de la comarca de Sanabria, y que muchos pasajes de El Quijote se refieren a esa zona. Y que cuando habla de "en un lugar de la Mancha" es otra Mancha, que enlaza con el mundo judío, como el propio converso Don Miguel. Su tesis no ha tenido la trascendencia que merece su esfuerzo, su fe y su trabajo.
Por la noche unos pinchos con Miguel y Belén ponen fin al día. Tiberios, callos a la zamorana, perdices especiales y pinchos de cerdo picantes al carbón. Todo regado con vino de Toro, como es obligatorio en esta tierra. Hoy toca Liberalia, de Juan Antonio Fernández. Un éxito.
21/mayo/domingo
El PSOE celebra elecciones primarias para elegir Secretario General. El preferido por el 50% de los militantes fue Pedro Sánchez. Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, consiguió el 40% y Patxi López, el 10%. De nuevo Pedro Sánchez. Tenía en contra a todos los pesos pesados del partido, entre ellos Felipe González, Alfonso Guerra o Rodríguez Zapatero, además de la mayoría de los líderes autonómicos, pero los militantes ya no hacen caso a los viejos elefantes.
Hace unos meses escribí que Pedro Sánchez era un alienígena que había venido a destrozar al histórico PSOE. Me reafirmo, porque su victoria lo único que va a hacer es aumentar la agonía socialista. Al tiempo. Aunque no me considero ni mago, ni vidente, ni brujo lo veo muy claro. Me apoyo en un análisis demoledor: el laborista británico Jerimy Corbyn, y el socialista francés Benoït Hamont en Francia, consiguieron en sus respectivas primarias, porcentajes aún mayores que Pedro Sánchez, pero en las elecciones de sus países los votantes les dieron de lado y fracasaron, en el caso del galo de forma absoluta. O sea, una cosa es lo que votan los militantes y otra los electores, que en su gran mayoría no tienen carnet del partido al que apoyan.
Pedro Sánchez, además, no es nuevo en derrotas: ya ha cosechado dos derrotas morrocotudas, las peores de la historia socialista en unas elecciones generales. En la primera consiguió 90 diputados y dijo que era un día histórico. ¿ Supo lo que dijo o estaba bobo? que dirían en Cañizo. En la segunda cayó a 85. Y siguió tan pancho, como si nada, intentando ser presidente del Gobierno con el apoyo del monstruo Podemos, que se rió de él. Me atrevo a pronosticar que cuando se presente por tercera vez como número uno del PSOE no pasará de 70 diputados. Que Rappel me perdone por la intromisión. En ese supuesto, ¿qué hará Pedro Sánchez? Seguir, y seguir, y seguir. Vaya baldón le ha caído al partido de Pablo Iglesias, el otro, el fundador del PSOE.
El PSOE además de roto está ciego. Sus militantes, claro. Porque Pedro Sánchez será muy honrado, que no lo dudo, y será un hombre muy fiel a su palabra, que lo ha demostrado, pero carece de lo fundamental: madera de líder, entre otras cosas, porque no tiene la capacidad intelectual, y por tanto la política, que exige un cargo de tal envergadura. Ese pozo no tiene agua, y por mucho que caven los militantes del PSOE no brotará la inteligencia.
Pedro Sánchez ha encontrado en la política, como tantos y tantos, un medio de vida, un simple trabajo, un oficio, como dice en "Doce cuentos peregrinos" García Márquez. Y a eso se ha aferrado. Nada más. Porque la clave de su fracaso no es no haber aceptado la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, su obcecación y su inflexibilidad, sino no haber entendido en toda su dimensión las dos derrotas electorales, con dos resultados desastrosos. Y sus devaneos con Podemos, que puede terminar engullendo a todo un PSOE como ha hecho ya con IU. Y por si fuera poco ahora dice que "España es una nación de naciones", una expresión sin rigor, que confunde más que sitúa, una frase sacada de Internet, sin aval constitucionalista ni rigor por parte de catedráticos, historiadores de prestigio o personas relevantes a las que hay que escuchar y leer. Pedro Sánchez era un regular tertuliano, muy limitado, y de ahí no debía haber salido. Pero en política todo es posible.
El inmediato futuro de España está en el aire. Al órdago de los independentistas catalanes hay que añadir qué va a pasar con el Gobierno Rajoy. ¿ Habrá elecciones generales antes de lo previsto? ¿Cómo afectará el "no es no" futuro de Pedro Sánchez a la política nacional? ¿Cómo se tomarán los perdedores de las primarias socialistas los descartes que haga Pedro Sánchez en los órganos de poder de su partido?¿Qué renovará realmente cuando ya ejerza todo su poder emanado de un Congreso? O sea, que ahora que parecía que empezábamos a respirar podemos regresar a las andadas. Esto, está claro, es España. No me extraña que Corcuera y Leguina, dos históricos socialistas, abandonen el barco. No quieren sufrir desde dentro los desastres que nos acechan.
24/mayo/miércoles
Viajo a Salamanca con José Luis Guerrero, periodista histórico burgalés y amigo. Nos espera Julián Ballestero, director de "La Gaceta" y amigo, además de zamorano de Benegiles, pueblo vecino de Cañizo. Comemos juntos mientras repasamos la vida política de Castilla y León y de España. La política siempre termina por envolvernos a todos de alguna forma. También repasamos hechos y sucedidos familiares, como corresponde a los amigos. Los tres en su día hicimos un programa de éxito. Entrevistas a personajes nacionales importantes como Antonio Gala, Manuel Vázquez Montalbán, Ahinoa Arteta, José Luis Dibildos, Paloma Gómez Borrero, Juan Alberto Belloch o Mayor Oreja. Escritores, periodistas y políticos. El programa se llamó "Mesa reservada", y se emitía por Canal 29 TV Valladolid y Onda Cero y se publicaba en El Mundo de Castilla y León. Desde entonces nos une la amistad que procuramos alimentar a base de vino y buenos platos de la tierra.
En la Plaza Mayor, en la terraza del Novelty, tomamos unas cañas, la mía sin alcohol, que tengo que conducir después. Del Novelty fue gran cliente Gonzalo Torrente Ballester. Por eso ahí sigue, ocupando su lugar habitual en una bien lograda escultura en hierro. Sentado en esa mesa veo a Jordi García Candau, que fuera Director General de TVE. Gran periodista. Sus crónicas en RNE del Golpe de Estado de Tejero sentaron cátedra. Nos saludamos. En su mandato yo fui Director de Informativos de TVE en Castilla y León.
La Plaza Mayor de Salamanca siempre merece una mirada, un instante, un rato largo, un suspiro sostenido. En medio se alza una escultura de Miquel Barceló. Un elefante boca abajo. Impresionante. Barceló ocupa estos días buena parte de la actividad cultural de Salamanca. Se conmemora el 800 aniversario del nacimiento de su Universidad, de fama mundial, de profundas raíces, de patrimonio inigualable, de sabiduría concentrada a lo largo de siglos. "1218-2018, decíamos ayer, diremos mañana." Pasado y futuro.
En el Colegio Fonseca, un edificio de profunda raíz salmantina, expone parte de su obra última. Cerámicas, esculturas y óleos llenos de originalidad. Barceló es un genio. Y se ve en cada uno de sus trazos, en todo aquello que pone la mano o la mirada. A la exposición le ha puesto un nombre" El arca de Noé". Y a fe que lo es: elefantes, caballos, peces, pájaros?, naturaleza por todas parte. Ochenta obras que buscan mostrar su proceso de creación. Un autorretrato, de trazos sencillos, como si fueran un montón de palotes descuidados, concentra la personalidad del artista. Un autorretrato de escasa dimensión, en medio de grandes cuadros, revela la fuerza que emana de una cabeza dotada de un talento especial.