OPINIóN
Actualizado 26/05/2017
Redacción

Todo un sobresalto debió llevarse ayer el senador socialista por Castilla y León, Óscar López, al desayunarse con el rumor de que Pedro Sánchezbarajaba la posibilidad de relevarle en la Cámara Alta. De ello se hacían eco sendas informaciones publicadas por "Diario de Valladolid-El Mundo" y la edición nacional de "Abc".

Se partía de la base de que al repuesto secretario general del PSOE, que dimitió como diputado del Congreso, podía interesarle subsanar esa falta de presencia parlamentaria ocupando uno de los escaños de designación autonómica de que dispone su partido en el Senado. Esa condición de senador le permitiría debatir directamente con Mariano Rajoy en las comparecencias de éste en la Cámara Alta.

Pero la hipotética operación presentaba demasiados inconvenientes, el primero y principal que no era posible materializarla en la Comunidad de Madrid, circunscripción natural y lugar de residencia de Sánchez. El motivo es que para ser senador en representación por la dicha comunidad es requisito previo ser a la vez diputado de la Asamblea madrileña. A partir de ahí la idea tenía más coste político que beneficio, ya que desalojar a un senador de otra comunidad autónoma supondría poco menos que suplantar institucionalmente dicha representación. ¿Cómo justificar que un ciudadano madrileño, sin ninguna vinculación con esta comunidad, pasara a representar a Castilla y León en el Senado?

Aparte de constituir un disparate político, además del harakiri de Óscar López, el procedimiento a seguir requería la connivencia, vía abstención, del PP en la votación a realizar por el pleno de las Cortes. En definitiva, un dislate que el propio Sánchez se encargó ayer de desmentir.

A juicio de "El topillo", el peligro que se cernía sobre López no radicaba en la victoria de Sánchez, sino en la de Susana Díaz, quién tenía "in mente" compensar con dicho escaño del Senado al ex secretario autonómico Julio Villarrubia. Con ello Díaz pensaba resarcir al ex diputado palentino del agravio sufrido a manos de Sánchez, quien le apeó de la candidatura al Congreso por Palencia en las dos últimas elecciones generales.

Si se recuerda que López, entonces secretario de Organización en Ferraz, fue el inductor delas dimisiones en bloque que en mayor de 2014 dejaron a Villarrubia sin la secretaria autonómica del Partido, sin duda dicho relevo en el escaño del Senado hubiera sido un episodio de "justicia poética".

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