OPINIóN
Actualizado 26/05/2017
Redacción

Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas.

Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche.

Y fue la tarde y la mañana el día primero.

Génesis

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Nadie me llama, nadie

alza su voz para decir mi nombre,

nadie conoce la premura del sol al recibirme,

al consumirme en noche y al retornar

también hasta mi centro,

palabra

nueva otra vez en mi palabra.

José María Muñoz Quirós

José María Muñoz Quirós es un poeta a tiempo completo, esta vez nos ofrece un nuevo poemario titulado Inalterable luz, publicado recientemente en Madrid por el sello editorial Vaso Roto. A diferencia de otros libros suyos, en el actual hace gala de la brevedad, para concisamente expresar una emoción plural, fundamentalmente un canto a la luz y al color amarillo; el poeta se declara: "Leal a las pisadas / que se dibujan / veloces en la huida cada día incendiado en un abrevadero de sol, / en un jardín sin lluvia. / Leal como la fiebre de los crepúsculos / dibujados de miel junto a luz / en su apagado ocaso".

Muñoz Quirós, en luminosos versos, desecha a las tinieblas, nada quiere con la oscuridad que sume al hombre en un túnel oscuro, donde habitan las sombras que nada bueno cobijan. No transige el poeta con negruras ni lobregueces, ni con sombríos borrones, así lo declara sin ambages: "Nada crece en ese estercolero donde presiente cada cosa su rostro, / cada manchón de negro / el luto poseído por las letras borradas".

El poeta luminoso exalta la luz, el resplandor, la iridiscencia, los fulgores, la reverberación y el amarillo colorido; no importa si la luz ? su luz - es meridianamente radiante o está en presencia de luces inseguras o indignas que reposan en las clareadas jaulas del alba. Definitivamente nada quiere con la mortecina luminosidad de la noche adentro, con la pachucha y mustia llama que en forma de bombillo de escasos vatios no ilumina sino ensombrece: "Incierta está la noche / y enturbiándose el agua mana / descansada en la acequia, / así abatida", e insiste: "En medio se cobija una sombra que muere, / el reflejo dormido en la voz de las sílabas mudas, / el inocente pájaro de humo".

Además, la luz exaltada por el poeta es privilegiada cómplice de sus amatorias aventuras, de la pasión que siente por su amada, confiesa: "Mientras llega y te abraza, / ¿qué necesita ese vivir desnudo? / Va / buscándote así al trasluz de esos pasos / en el origen donde / perdido estabas sin / darte apenas cuenta. O bien, "Si en esa luz pudieras esclarecer las cosas/ que se adormecen. / Si en ese albor /pudieras abrazarme sin miedo / y destruyeras el dolor que en tu pecho se esconde. / Si en ese amor me vieras/ derramado en sus brazos"

Y como un epitafio de luz y resplandor, el poeta versifica:

¿Última luz?

No puedes derramarte

con la seda del mundo

y la frágil constancia de sus rosas.

No podrás invocarme

desde la oscura nada

que contempla la noche frente al tiempo,

esa luz feroz frente a los seres.

En el enigma de tus manos

están las cosas vanas

que no dejan nunca su plenitud. Al fondo,

lejos el fuego que oscurece

y resucita otras pasiones sin amor que hieren.

SOBRE MUÑOZ QUIRÓS

José María Muñoz Quirós (Ávila, 1957) Doctor en Teoría de la Literatura y catedrático de Literatura comenzó a escribir poesía en 1982. Entre sus obras destacan Ritual de los espejos, accésit del Premio Adonáis, Material reservado, Premio Internacional Jaime Gil de Biedma, Celada de piedra, Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, El color de la noche, Premio Ciudad de Salamanca o El rostro de la niebla, Premio Valencia de Poesía en Castellano Alfons el Magnànim. Tiempo y memoria publicado en 2014 reúne gran parte de su poesía. Realiza proyectos en colaboración con varios artistas plásticos como Agustín Ibarrola, Florencio Galindo, Ángel Sardina y José Antonio Elvira. Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, portugués, bengalí y árabe, entre otras lenguas.

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