Este es un viejo lema que puso en marcha Pablo Iglesias el viejo, el socialista, para protestar por la injusticia que significaba librar de la guerra de Marruecos a todo aquel que pudiera cambiar su reclutamiento militar por la "redención a metálico o por
Aquello es historia, pero también un ejemplo de la preocupación del viejo Pablo por los excluidos de la riqueza, un cambio por el que muchos jóvenes pagaban el alto precio de su propia vida. Y su lucha en contra de aquella guerra motivó su detención junto a Largo Caballero y otros socialistas.
Esto ocurría poco después de salir elegido, junto a Largo Caballero y García Ormaechea, como concejal por el Ayuntamiento de Madrid, donde reafirmó sus ideas socialistas con estas palabras: "Los socialistas en el Ayuntamiento tenemos doble deber que cumplir. Como representantes legales del pueblo, hemos de velar por los intereses de todos. Como representantes de hecho de los obreros, hemos de mirar por los intereses de éstos".
Vaya por delante el espíritu y la letra del fundador del PSOE, un ejemplo de coherencia, tan necesaria hoy día, para unir a todos los socialistas bajo un solo ideal: anteponer los problemas de convivencia y sobre todo los problemas de los trabajadores y personas menos pudientes por encima de cualquier discrepancia interna del partido.
Por tanto, si aún son válidas las ideas del viejo Pablo, damos un salto al presente para felicitar al nuevo secretario general Pedro Sánchez, tan coherente con su "no es no" como el abuelo Pablo con su "o todos o ninguno" y le deseamos mucha suerte en la tarea que tiene por delante.
Avanzado el siglo XXI, sin ninguna excusa de analfabetismo para realizar una explicación torticera de un resultado tan contundente, digamos que lo ocurrido ayer y a lo largo de este tiempo de primarias no debe entenderse de otra forma que la de tener diferentes puntos de vista tal como los pueda tener una familia cualquiera, o como en su momento lo acuñó Felipe González como "distintas sensibilidades".
Pero esto no quiere decir "que da igual que da lo mismo", ya que si fuere así no hubiera habido debate y ni siquiera campaña. Lo natural entre la militancia no es que existan sólo tres sensibilidades y que hayan coincidido en todo con una de ellas, sino que hayan encontrado algo aprovechable en el programa de los compañeros a los que no votaron. Por tanto, los flecos o distintos puntos de vista tendrán que discutirlos en su congreso, pues nadie espera que los "no ganadores" vayan a marcharse o colocar el cartel de "liquidación" de ciento cuarenta años de Partido.
"El PSOE es mucho PSOE" es una frase que le sonará a Susana Díaz, pero con su valía deberá entender que la labor que ejerce en Andalucía, si es buena, engrandece al Partido Socialista y no deberá sentirse ninguneada por la falta de votos en otras comunidades.
A usted, Sr. Sánchez, que con los notables no tiene ninguna hipoteca, no es fácil aconsejarle, pero el respeto es imprescindible y aunque le respalden los militantes, o sea, los sobresalientes, es bueno que mantenga buen clima con los notables para que no caigan en la tentación de las maquinaciones, pues de la nostalgia de poder es muy difícil que los sustraiga.
Este país necesita al PSOE y dentro de este partido han coincidido y convivido en el tiempo políticos tan diferentes como Largo Caballero, Indalecio Prieto y Julián Besteiro o, más acá de la Transición, Felipe González y Enrique Tierno.
Por tanto, como ustedes no están solos y son muchos los socialistas sin carnet que con distintas sensibilidades esperan que el partido recupere la fuerza que siempre tuvo, tomen aquella frase del fundador, "O todos o ninguno", con el ánimo de que todos sean escuchados, aunque después sea el Secretario General, Pedro Sánchez, con suficiente recorrido, quien confíe la gestión a un equipo de su mayor confianza, con gente preparada e ideal para este tiempo tan difícil por el que está pasando la socialdemocracia, asfixiada y fracturada, dentro y fuera, por un neoliberalismo sin alma.