OPINIóN
Actualizado 23/05/2017
Francisco Delgado

Han coincidido en el tiempo y parcialmente en el espacio las dos importantes acciones que han llevado a cabo el PSOE y PODEMOS este pasado fin de semana. Pero esta coincidencia no ha sido ninguna acción maquiavélica de ningún grupo contra otro, sino la coincidencia de poner en escena la vida democrática de ambos partidos. Dos partidos llenos de diferencias, pero con lo mínimo común que hace posible la democracia: el respeto a las reglas del juego, el ejercitar el derecho a la decisión libre y a la manifestación de ideas.

Las Primarias del PSOE han sido por una parte un desandar el camino falsamente andado por la gestora, desde el día de su creación, y por otra un intento de unión de las fracturas producidas por las diferencias de posturas frente a un PP en minoría, que desea seguir gobernando. En realidad, para cualquier militante de base o votante del PSOE le debería haber dado lo mismo (más allá de simpatías personales) que ganase cualquiera de los tres candidatos. Ha ganado Pedro Sánchez, que ha recuperado el puesto que la gestora le secuestró, pero cualquiera de los otros dos hubiera estado obligado, por la historia y por el presente europeo, a hacer la única política posible: poner la socialdemocracia en el centro de las ideas y de las prácticas socialistas. Casi todos los partidos socialistas europeos han anunciado ya, con sus últimos debacles electorales, el futuro de unos partidos que han desdibujado excesivamente su identidad: su desaparición. "Si las barbas de tu vecino?" dice el refrán español; y aquí no hay excepción a la regla; España no es tan diferente al resto de países europeos como algunos están interesados en proclamar; al votante de izquierdas no se le engaña fácilmente, la historia del partido es larga y en muchos aspectos contundente.

El sábado en la Puerta del Sol, PODEMOS ha manifestado un grito potente de censura al partido gobernante y de conjura del miedo a un futuro nacional distinto al que vivimos. Excepto algunos ingenuos, o torpes, o imposibilitados de ver lo diferente, nadie puede negar que un gran porcentaje de la población española estaba en y con los manifestantes del sábado en la Puerta del Sol. Como otro gran porcentaje está con el PSOE y aún un tercer porcentaje está entre ambos partidos. Los líderes de PODEMOS tuvieron la gentileza, en su acto, de no pronunciar ni una palabra que pudiera ser calificada de "inmiscuirse" en lo que el PSOE se jugaba al día siguiente, domingo.

La gran virtud de la democracia es esa posibilidad de alternancia de modos de concebir la realidad, la libertad y la justicia, para que el monopolio del poder no termine por corromper el juego democrático. En ese sentido, este pasado fin de semana ha tenido la intensidad suficiente para garantizarnos que los cambios son aún posibles en nuestro país.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >La Izquierda, protagonista del fin de semana.