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Actualizado 23/05/2017
David Rodríguez

CIUDAD RODRIGO | Se ha hecho un detalladísimo estudio del centro histórico, analizando edificio por edificio

La Casa de la Cultura acogió en la tarde del martes la presentación pública del nuevo Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Ciudad Rodrigo, el nuevo documento que va a regular a partir de ahora todo lo relativo a las construcciones en el área que abarca, y que plantea las bases para solicitar subvenciones para la rehabilitación tanto de edificios como de espacios públicos.

El nuevo Plan Especial -que sustituye al anterior, vigente desde 1985- es un documento denso y complejo, del que los arquitectos del Ayuntamiento Miguel Ángel Manzanera y Mayte Cubas intentaron ofrecer en la tarde del martes algunas pinceladas, trazando al menos el marco general para que posteriormente sea más fácil su consulta por cualquier ciudadano afectado.

Esas consultas se producirán en la fase de exposición pública del Plan, que se iniciará una vez sea aprobado de forma inicial por el Pleno del Ayuntamiento, algo que está previsto que ocurra dentro de las dos próximas semanas. En palabras de Juan Tomás Muñoz, "consideramos que el Plan es más que necesario para mantener la integridad del conjunto histórico".

Pese a la relevancia del Plan, la sesión de la tarde del martes tuvo una pobre asistencia, acudiendo algunos profesionales relacionados con el mundo de la arquitectura con los cuales ya se había mantenido en su día un encuentro con un carácter más técnico.

Se incorpora el Teso de San Francisco

La necesidad de contar con un Plan Especial de Protección nace del hecho de que el conjunto histórico de Ciudad Rodrigo tenga la catalogación de Monumento Histórico-Artístico desde el año 1944. Como decimos, el anterior Plan Especial se elaboró en el año 1985, abarcando únicamente el recinto amurallado, una superficie de 434.883 metros cuadrados. Al datar de hace más de 30 años, evidentemente "no está adaptado a la Ley, aunque cumplía bastantes premisas".

El nuevo Plan casi triplica la superficie afectada, debido principalmente a la inclusión en el mismo del Teso de San Francisco (de 758.289 metros cuadrados), por la declaración de Bien de Interés Cultural que recibió este espacio en el año 2012. Según explicó Miguel Ángel Manzanera, este espacio es Suelo rústico de protección cultural, y todas las actuaciones que se quieran hacer en el mismo requerirán del informe favorable de la Comisión Territorial de Patrimonio. Desde su punto de vista, "prácticamente no se va a poder hacer nada".

En lo que se refiere al recinto amurallado, se han incorporado respecto al Plan de 1985 algunas calles que rodean el recinto amurallado, así como el Puente Mayor, para el que también se ha solicitado la Declaración como BIC. De este modo, la superficie de ésta área crece hasta los 445.727 metros cuadrados, para totalizar 1.204.016 metros cuadrados afectados por el Plan.

Un análisis muy detallado

De todos los espacios afectados por el Plan se ha hecho un análisis muy pormenorizado y detallado, siendo especialmente relevante el trabajo en el centro histórico, donde se ha analizado edificio por edificio, determinando por ejemplo si está en ruina, mal cuidado o si necesita una reforma considerable. En lo que al estado se refiere, se indicó que "en general el recinto amurallado se conserva bastante bien".

Según los datos aportados, en el área del recinto amurallado ?incluyendo las casas que lo bordean-, están ocupadas el 71% de las 534 parcelas existentes, de las cuales el 50% tienen entre 50 y 150 metros cuadrados. Un 41% tienen entre 150 y 500 metros cuadrados; un 5% entre 500 y 1.000; y el restante 4%, más de 1.000.

En esas 534 parcelas hay 1.034 viviendas, 300 garajes y 266 locales comerciales. La gran mayoría de las viviendas, 931, están dentro de murallas. Calculando que en cada una podrían vivir 3 personas, se establece que el techo poblacional es de 2.793 personas. Sin embargo, en la actualidad, sólo hay viviendo en las mismas 1.196 personas, por lo que "la reserva de vivienda es considerable".

Dentro del análisis realizado, también se apunta que entre 1985 y 2015 hubo 325 actuaciones en viviendas en el recinto histórico (de construcción o reforma), sobre todo entre 1998 y 2005, cuando hubo un 'furor edificatorio' (hay que recordar que en 2006 tuvieron lugar Las Edades del Hombre).

Un planteamiento inicial de 14 zonas

A la hora de realizar el análisis, se dividió el recinto histórico en 14 zonas, planteándose respecto a cada una de ellas cuál es su problemática (por ejemplo, el mal estado del pavimento) y cuáles son los criterios de intervención que se deben establecer en las mismas (renovación de redes de agua, ordenanzas para los rótulos, etc.). Asimismo, se expone si se cree que necesitan el establecimiento de Áreas de Rehabilitación Integral (ARI), o Áreas de Renovación Urbana (ARU). El primero de los conceptos afecta a edificios, mientras que el segundo afecta a espacios urbanos.

Lo que se quiere ahora, a partir de esas 14 zonas establecidas, es reordenarlas ?agrupándolas- en ARIs o ARUs, de tal modo que se puedan solicitar ayudas económicas para la rehabilitación de los edificios -y espacios urbanos-, que se complementarían con las propias aportaciones vecinales para llevar a cabo las intervenciones. Para definir cuántos ARIs o ARUs puede haber, será necesario ver si los vecinos tienen interés en hacer esas inversiones. Dicho de otro modo, "lo que hace el Plan es delimitar áreas que sirvan de base para el acceso a subvenciones".

Por lo tanto, una de las finalidades del Plan es la rehabilitación de las construcciones existentes ("más que de potenciar la nueva vivienda"), aunque la finalidad principal es la protección de todo el espacio. Según apuntó Miguel Ángel Manzanera, en el centro histórico "hay muchos edificios protegidos", que no se pueden destruir (salvo caso de ruina inminente), estableciéndose diferentes niveles de intervención para los mismos en función del grado de protección que tengan: integral, estructural o ambiental, un aspecto que viene determinado en el Plan Especial en una ficha concreta de cada edificio protegido.

La calificación que tengan hará que haya, por ejemplo, diferentes límites a la hora de hacer los acabados de una fachada (a la hora de su rehabilitación), más allá de que habrá criterios generales, como que estarán prohibidos los acabados con ladrillo u hormigón visto, revestimientos cerámicos o paneles prefabricados.

En torno a la protección integral, hay que apuntar que por ejemplo tiene esa catalogación toda la fortificación de Ciudad Rodrigo (tanto la muralla como el glacis), que ahora pasa a ser considerada como un único 'edificio' en el nuevo Plan, que como decíamos, ahora debe pasar por el Pleno del Ayuntamiento, tras lo cual será colgado en la página web del Ayuntamiento y se podrá consultar en papel en la propia Casa Consistorial.

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