Pese a que los nuevos Estatutos del PP establecen que es incompatible ser presidente provincial del partido y consejero de un gobierno autonómico,Carlos Fernández Carriedo ha intentado hasta el último momento que Génova le eximiera de dicha incompatibilidad. De hecho, ante esa expectativa nadie en el PP palentino promovió una candidatura alternativa hasta, que apenas 24 horas antes de que se cumpliera el plazo, Carriedo reconociera públicamente que dicho régimen de incompatibilidades ponía fin a su etapa de presidente provincial del partido.
¿Podía haber hecho la dirección nacional una excepción en el caso del actual consejero de Empleo? Sin ninguna duda, ya que estas incompatibilidades han sido siempre de lo más elásticas, existiendo absoluta manga ancha para que Génova autorice cuantas excepciones tenga por conveniente. Pero ocurre que Carriedo tenía dos importantes elementos en contra para obtener ese trato de favor.
Uno de ellos es que, aparte León, Palencia fue la única provincia en la que el actual presidente autonómico el PP, Alfonso Fernández Mañueco, fue derrotado por Antonio Silván en las primarias celebradas el pasado 17 de marzo. Y el dato lógicamente no paso inadvertido, máxime cuando, aunque públicamente no se pronunció a favor de ningún candidato, Carriedo formaba parte de la guardia pretoriana del presidente de la Junta claramente descantada a favor de Silván.
Pero en su contra había otro factor aún más determinante: El ataque con que se despachó contra los dirigentes del PP zamorano cuando, tras estallar el "caso Valdeón", salió en defensa de la ex vicepresidenta de la Junta. En ese episodio Carriedo se ganó la animosidad de Fernando Martínez Maillo, precisamente el encargado de aplicar desde Génova el régimen de incompatibilidades.
Y como era de esperar, Maillo se ha tomado la revancha y ha dado con la puerta en las narices a Carriedo, en tanto que Fernández Mañueco le ha dado una palmadita en la espalda anunciando que tendrá la deferencia de nombrarle vocal del actual comité ejecutivo autonómico. Bien es verdad que Carriedo se ha ganado torpemente el desaire por intentar aferrarse a un cargo que, para mayor inri, llevaba ocupando nada menos que 17 años?