Hasta siempre, Roberto...
El pasado viernes, aunque yo me enteré el sábado, falleció un amigo que, durante un breve tiempo trabajó de mi jefe. Don Roberto Aguilar González, don Róber, fue una de esas personas que hacen honor a verso de Machado que, quienes me conocen, saben que suelo citar: don Róber fue un hombre "en el buen sentido de la palabra, bueno".
Muchos lo consideraron ogro, era gritón, malencarado, un periodista de la vieja escuela, un Lou Grant, para quienes vieron la serie. Un ogro filantrópico que de lo último lo tenía todo y de ogro no tenía nada, más que la apariencia a veces.
Ay, las apariencias.
A la misma hora en la que me estaba enterando de ese fallecimiento, otro amigo, también muy querido, puso una de esas especie de cadenas que de vez en cuando aparecen en Facebook; "para ver quiénes están al pendiente", "para ver quiénes están ahí cuando uno los necesita", "copia y pega, no compartas". Quienes usan Facebook saben de qué hablo, quienes no, pueden tomar esto como reflexión sobre este nuevo espacio de nuestros tiempos?
Porque eso son las redes, un espacio, sobre todo para la gente más joven; no una herramienta, que también, sino un espacio, como la casa, por ejemplo.
Y yo, como estaba en "mi casa", tomé la decisión de, por una vez y aunque no me gustan esas cosas, copiar y pegar, para decirle a ese amigo que yo sí estaba con él y para decirme a mí mismo que también estaba con don Róber, aunque no había podido acudir a la última cita.
Nada más, este artículo de hoy es una despedida y una reflexión; no es una explicación ni una crítica, no vayan a pensar.
Simplemente, estemos ahí para los otros, estemos como nos parezca, demos lo que queramos dar, no perdamos el tiempo en juicios o pontificaciones?
Ser amigo implica, a veces, hacer un poquito el ridículo? Pero la amistad vale mucho más que tener razón.
Hasta siempre, don Róber?
@ignacio_martins
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