OPINIóN
Actualizado 29/04/2017
Tomás González Blázquez

Un vecino del Oeste puede volver una noche a casa y toparse con dos jóvenes artistas ultimando su aportación a la galería urbana. Una puerta de garaje es su lienzo, un telescopio el instrumento que les muestra su modelo y la oscuridad su cómplice para que las musas circulen adecuadamente. Pedí permiso para retratarles pintando las estrellas de su pedazo de cielo, que era el de Islas Canarias, calle-observatorio-laboratorio donde atisbar, experimentar y dejar rastro.

Pedazos de cielo todos tenemos y anhelo de estrellas, también. No hace falta ser un Fernando Gallego que las alumbre en bóvedas inmortales, ni un Luis de Horna que las versione, ni un chef Víctor que las cocine, ni un Torres Villarroel que las interprete. Al mirar las constelaciones que iban conformando los nocturnos y urbanos pintores soñé noches despejadas de verano y maldije nublados, sobre todo aquellos fruto del hombre que avienta sus suciedades. Al distinguir sus astros blanquinegros me acordé del "ad astra per aspera" que escogió por lema Unionistas, contra el turbio viento de las confusiones y la agotadora marea que alientan algunos para hacer naufragar al primer equipo de la ciudad. Al reparar en su mochila y en su escalera descubrí la sencillez de un equipaje y la ambiciosa modestia de cuatro escalones que, separando tan poco del suelo, acercan tanto al cielo.

Sus estrellas pintadas me remitieron, en fin, a las que yo pinto cada noche con la mirada, cuando juego con Tomás a descubrir la luna en el techo celeste de su habitación. Él también lo pinta con su mirada de niño. Y así, por unos minutos, a nuestra manera, arreglamos el mundo que vive bajo nuestro pedacito de cielo.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Pintar las estrellas de tu pedazo de cielo