En la leyenda de autor de su último libro, Donde digas adiós, podemos leer:"José Manuel Regalado nació en Castillejo de Huebra (Salamanca) y fue bautizado en Muñoz. Catedrático de Enseñanza Media, se ha jubilado en el Instituto Lucía de Medrano, de Salamanca. Desde 1967, año en que publicó su primer libro, Nombre común (hace justo 50 años), ha escrito numerosos textos, muchos libros y publicado varios de ellos".
Regalado es un escritor esencial en el universo poético de más alto nivel y, curiosamente, parece (lo es) un poeta apagado en la variopinta colmena mediática de su tierra, en el reconocimiento general del gremio; un gremio distinguido y explicado en demasía por los reinos de taifas, grupos de corifeos, postureo y luminosas mediocridades.
A este contexto Regalado ha permanecido siempre ajeno. Charro de pura nacencia, orgulloso de ello por tierras andaluzas durante sus muchos años de docencia en Ronda, uno lee sus últimas obras (En la espesura, 2012 y Donde digas adiós, 2016) y con el humilde criterio de viejo lector de poesía me asalta una sobrecogedora reflexión: José Manuel Regalado es uno de los grandes poetas que ha parido esta tierra. Y no rechista y nadie le echa cuentas. Brillante y ameno conferenciante, profundo conocedor de la poesía contemporánea, lúcido analista literario y un tipo generoso donde los haya.
Lean su poesía, por favor. Dolor, esperanza, naturaleza, surco, vértigo ante la muerte, amor; la soledad y el misterio insondable de la vida.