Tu corazón
es esa brújula que busca
todo aquel
que no ha perdido la esperanza?
Alfredo Pérez Alencart
Hace algunos años me informé que, usualmente, en una pintura china, participaban tres actores: el pintor, el poeta y el calígrafo. Como ejemplo de esa feliz trilogía de técnicas y emociones, se reseñaba un concurso convocado por un emperador de la época, en el que se invitaba a los artistas de la corte imperial a ilustrar el siguiente poema:
?Y el jinete llevaba en los cascos de su caballo el aroma de las flores.
Recibidas las obras competidoras, el pintor galardonado ilustró el poema de marras, mostrando - en un ancho rollo de papel de bambú - a un gallardo y valeroso guerrero chino, ataviado con todos los ornamentos del caso, cabalgando sobre un blanco y brioso caballo que en su veloz carrera era escoltado, perseguido, acosado?por una densa y bella nube de mariposas multicolores. ¡No dudo que nuestro Miguel Elías, de haber participado, se hubiera alzado con el prestigioso premio imperial!
La exposición lusitana del alicantino ? salmantino Miguel Elías es fiel ejemplo de su maestría, de su dominio del pincel fino y también del grueso - casi como brocha - con los que negrea y colorea metros y más metros del solidario papel de bambú que, solidario, dócil y dúctil, siempre le acompaña en sus correrías del espíritu.
En esta muy feliz ocasión, presenciamos una doble conmoción del poeta que ama por igual a plantas y flores, como a los versos y a la poesía. Con especial asombro, admiramos la monumental instalación que se compone de una gran espiral Áurea de 17 metros, de la que cuelgan 19 rollos de papel de fibra de bambú con motivos florales del celebérrimo herbario de Johann(es) Hieronymus Kniphof.
Con igual asombro, disfrutamos- ahora dibujados- de los transfigurados y dicentes poemas de los amigos y colegas que el pintor ? calígrafo ilustra con denodada majestad, en especial el de su amigo y hermano Alfredo Pérez Alencart, que usa - magnánimo - para darle título y densidad a esta exposición de antología.
Resta sólo decirle a Miguel Elías, al pintor ? calígrafo, que con este pasaporte al corazón:
El poeta eres tú.