El amanecer del Viernes Santo ha vuelto a ver el luto y el recogimiento en Peñaranda a través de la Vera Cruz, que volvía a poner en movimiento y en la calle las diferentes estaciones penitenciales del Vía Crucis un año más, acto con el que se abre el día de mayor intensidad de la Semana Santa en la ciudad.
Decenas de personas volvieron a darse cita desde las siete y media de la mañana en las inmediaciones de la Ermita de San Luis para acompañar a la imagen de Nuestra Señora de la Piedad y sus penitentes en el recorrido de las estaciones entre el silencio y la constante oración, que
les llevaba hasta la iglesia parroquial San Miguel Arcángel. Un circuito que volvía a dejar patente el disgusto vecinal ya que buena parte del trazado mantenía cantidad de vehículos estacionados lo que generaba, además de una notable incomodidad para los cofrades, el tener que realizar maniobras más complicadas a la hora de mover la pesada talla junto a los vehículos.
El copárroco de la ciudad, Fernando García, era el encargado de guiar el acto, seguido con total respeto y sobriedad. Un silencio solo roto por los sones entonados por la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad.