El Cristo de la Agonía por San Pablo y Dominicos en la procesión de esta pasada madrugada / Foto: David Fernández


OPINIóN
Actualizado 13/04/2017
Redacción

La palabra y la Semana Santa caminan juntas. Desde el inicio de la vida pública de Jesús sus palabras se constituyeron como camino y memoria que guía más de dos mil años después a los creyentes de todo el mundo en su recorrido. También hoy quien se acerca a este periodo, nudo esencial en la fe de los creyentes, tiene que hacerlo con y a través de palabras. De aquí que la literatura se haya alimentado tradicionalmente de este venero de agua viva, y se haya nutrido de su luz, sin que pueda dejar de abrasar la voz de quien lo nombra.

En nuestra ciudad no son pocos los escritores que se han sentido impelidos a escribir, tocados por la gracia de estos días en los que dolor y la esperanza se combinan dando, de este modo, la medida de nuestra humanidad. Conscientes de esa dimensión cultural que tiene la Semana Santa, las revistas que se publican en estas fechas, abren anualmente sus espacios a poemas, relatos o ensayos de carácter lírico que nombran el sufrimiento de Cristo y su Resurrección. Lo han hecho desde siempre Pasión en Salamanca y Christus, dos publicaciones fundamentales en las que, desde su inicio se ha cuidado el ámbito dedicado a la cultura literaria. Poemas, relatos o ensayos de autores clásicos o actuales han ido vistiendo sus páginas, año tras año, reflejando de esta manera la actualidad de un periodo que, además de ser espacio de fe, se ha convertido con el tiempo también en territorio de cultura y expresión estético plástica del más alto nivel.

Y esto se manifiesta, claramente, en nuestros poetas. Ellos, tocados por la gracia de mirar el mundo desde su centro íntimo, nombran la Semana Santa como nadie. Entre ellos, Ferreira Cunquero, que anuda forma y fondo en una ciudad que rinde su pena esos días al paso roto de los Cristos y las Vírgenes de nuestras cofradías. Escapulario de versos quebrados, su afecto rima el dolor en los sintagmas desgajados de su ritmo. Y con él tantos otros, Luis Fraile Delgado, Emilio Rodríguez, José Luis Puerto, Antonio Sánchez Zamarreño, Mercedes Marcos, Soledad Sánchez Mulas, Amador Martín, José G. Torices, Isabel Barnardo? y otros muchos, gran parte de los cuales han ido declamando sus versos heridos ante el Cristo de la Agonía Redentora en ese hermoso y único acto del Poeta ante la Cruz.

Sin duda, es el Poeta ante la Cruz un reflejo de la Semana Santa de una ciudad que respira cultura por todas sus esquinas. Ese encuentro íntimo de un poeta con el Cristo en la Catedral, ese cruce de miradas ante los testigos que acuden al acto genera escalofríos. La intensidad de la intimidad entre poeta y Cristo se hace carne de palabras en sus versos?"De tanto mirarte aquí,/ a la luz de este crucero,/ te tengo en mí todo entero,/ todo entero estás en mí,/ en mi corazón impreso" (Mercedes Marcos).

La palabra y la Semana Santa caminan juntas. Y no hay tiempo en el que se justifique más poner la literatura al servicio del sentir religioso del hombre que en este que abrasa la palabra de todo aquel que se acerque a él con las palabras.

Asunción Escribano

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