OPINIóN
Actualizado 04/04/2017
Fernando Robustillo

Hace un par de semanas, Toño Blázquez, polifacético amigo salmantino interesado por todas las artes y excelente poeta, después de presentar en el Liceo, Sala de la Palabra, la extraordinaria conferencia de la profesora Josefa Montero sobre Beethoven y Bra

Como la conferencia también comprendía vida y obra del gran maestro Brahms (curiosamente Brahms murió ayer, 3 de abril, de 1897), considerado una de las tres "B" imprescindibles de la música clásica y del romanticismo, junto a Bach y Beethoven, como muy bien nos ilustraba la referida musicóloga, al referirse a él se me erizaron un poco las meninges cuando señaló que murió con 64 años; "mi edad", dije en sintonía con Toño.

Y si he dicho que se me erizaron las meninges al escuchar esa edad, hay que explicarlo, ya que lo correcto es decir "se me erizaron los pelos", pero éstos los he ido perdiendo en el largo caminar y en su lugar aparece ya la luna en retirada. Un hecho inevitable del que por fortuna uno no se muere y hasta debemos tomarlo a broma o en forma de canción, como alguna 'que nos viene al pelo', ejemplo "Luna Tucumana", que cantaba Mercedes Sosa para menesteres más transcendentales y decía: "Yo no le canto a la luna porque alumbra nada más, le canto porque ella sabe de mi largo caminar".

Dejemos así las cosas y vayamos a la noticia, que hoy pasa por la música moderna. Pero sin dejar el tema tétrico de la brevedad de la vida, pues hoy, 4 de abril, es el primer aniversario de la muerte de un gran cantautor de nuestra época: el extremeño Manolo Tena. Una muerte inesperada para esos fans de sofá que compartimos con él generación y gusto por una música que está ahí, tan cerca, y nos caló hondo, pero quizá no fuera una muerte tan inesperada para quienes también fueron presas de la "puta" droga. No sé, quizá haya alguien que pregunte de quién les hablo, pero si les llevo hacia el camino de "pasión gitana y sangre española cuando estoy contigo a solas?" es un estribillo que no le dejaría indiferente.

Estos días el Ayuntamiento de Madrid y sus amigos, coincidiendo con el aniversario de su muerte, le han colocado una placa y le han hecho un homenaje en Lavapiés, castizo barrio madrileño en el que pasó su juventud.

Personalmente, aquel día 4 de abril de 2016, cuando Tena fue llamado a la sombra ¡con 64 años! sentí pena y rabia y exhalé este poema:

Un sin abril para Manolo Tena

No se puede sobrevivir a tu sombra
cuando la mala sombra te hiere,
cuando desayunas en la cena
sujeto por un gusano de bastón.

Otro 4 de abril.

Es un día más sin cerrar la puerta al sol,
que se cuela entre las rendijas
seductoras que deslumbran
con rayas que no son de nailon.


Algún 4 de abril

Dulce poesía, Dionisio,
insomnio, arte, melancolía?,
la parca baila la pena de Urquijo
o apellidos de jardinería,
Vega y Flores,
en noches tan espesas como semanas sin domingos, sed sin agua, frío sin manta, caracola sin concha, hambre sin papas, o como una discusión sin razones.

Último 4 de abril

Sabina, gracias,
tu canción vale la pena
si robado el mes de abril
no muere Manolo Tena.

(Inédito)

Fernando Robustillo Rodela
(Escritor y Poeta)

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