OPINIóN
Actualizado 28/03/2017
CALDERÓN

Se tuvo un concepto que ha dejado posos muy pegados al fondo del pocillo, cuesta al varón reconocer que la mujer no esribe sobre cosas superfluas, no narra cómo es la última moda en calzar o vestir. La mujer escribe lo cotidiano, es predicadora y alquimista de sentimientos. Por desgracia en el largo camino de la mujer escritora hubo mucho abucheo.

La sociedad educaba a la mujer para un papel pasivo en todos los ámbitos, casamiento, gestaciónes, partos.En lo sexual no buscaba el placer debía proporcionarlo, recibir y siempre aceptar

La "leyenda del pueblo" nos mostró plasmada en obras de famosos escritores de la época distorsionada e irreal, tendiendo a ser "extremos", ángel y boba o "Diablo y perversa", la buena la sumisa "madre" la inquieta "prostituta.

Si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos

Que lo haga y n desprecie el honor sino más bien que lo exhiba,

En vez de exhibir ropas finas, collares o anillos (Cristina de Pisan)

La mujer escritora es una excepción dentro de un mundo masculino, y es qué la escritura no cuajaba en los canones: La mujer ideal debía dedicarse al cuidado de hogar, hijos y marido o bien al mundo conventual. Su existencia carecía de valor en sí misma, por estar subordinada al marido o a Dios

Pero pese a todos los impedimentos hubo mujeres valientes que desafiaron las criticas y el poder masculino, y tomaron la el cálamo creando sus propias obras, aunque en muchos casos tuvieran que ser silenciadas bajo pseudónimos de varón.

Hace unas semanas paseando por el Parque de las Musas encontré la calle dedicada a Matilde Cherner, que tuvo que escribir bajo el apellido paterno Caballero. Hoy recordando, repasando cuanto oculta la literatura escrita por la mujer, demasiados silencios, mucho dolor...me encuentro no en siglo XIX, siglo XVIII con dos mujeres que poco o casi nada se supo de ellas, pioneras, no en revista de vanalidades, como entonces y actualmente sigue ocurriendo "prensa amarilla" mal llamada Prensa del Corazón Aquí no se habla de moda, fiestas, bautizos o bodas, la escritura el más profunda, llena el espíritu.

Nos deja la "perla "la gran escritora Pisan, mujeres que no dudan en enfrentarse al hombre y defender que no son jarrones decorativos

Con la llegada del rey Carlos III el despegue periodístico es increíble, reconociendo que España era un país, una nación con una mayoría de gente analfabeta El primer periódico editado en España fue el Diario Noticiosos, so literatos ya tenían uno para deleitarse en sus escritos "El Mercurio"

Con éste rey también nace la prensa de la mujer, muy limitada ante el poder del hombre, pero escritoras de periódicos y de ellas hablo

Beatriz Cienfuegos "la Pensadora Gaditana" y a Escolástica Hurtado Girón y Silva de Pico, "La Pensatriz Salmantina".

La Pensadora Gaditana comienza a editarse en Cádiz en 1763, en cierto modo como contrarréplica a El Pensador, una revista de crítica social, creada por José Clavijo y Fajardo a imitación de la inglesa The Spectator, que entre sus críticas tuvo a bien no dudar en regalar a los lectores "altas dosis de misoginia". Como su título indica, Beatriz Cienfuegos reproducía en su semanario temas que abordaban asuntos como la familia, la moda, lo usos sociales o el matrimonio, que no evadían la censura al sexo masculino y que incluían apuntes literarios y poemas a modo de colofón de cada texto.

La Pensadora se publicó hasta mediados de 1764, recogió un total de cincuenta y dos pensamientos, y parece que fue fuente de inspiración de Escolástica Hurtado y su Pensatriz.

Al igual que la anterior, La Pensatriz Salmantina, nacida en 1777, se concibió como una colección en este caso de "ideas" que reivindicaban a la mujer como mujer y como escritora. Hurtado dedicó la publicación a la condesa de Francos, a la que, harta de que la tomaran por tonta, le explicaba:

Yo, Señora deponiendo desde hoy [?] el encogimiento propio de nuestro sexo amable, amoroso, suave, perspicaz, hermoso, persuasivo, y apto para grandes cosas [?], daré a entender al Mundo, que hay Muger en Salamanca, que piensa con reflexión, corrige con prudencia, amonesta con madurez y critica con chiste.

Tampoco La Pensatriz eludió la crítica contra el sexo opuesto, aun a sabiendas de la posible venganza:

Son tan malos los Hombres, y tan vengativos ?espetaba?, que al verse sorprendidos de mi crítica, y de la batería de mis Ideas contra el dilatado campo de sus desórdenes, soltarán la maldita (que ya nos exceden en esta gracia), y con dicterios, apodos y pullas, me quitarán la estimación.

A pesar de lo dicho, en ambos casos se ha sospechado que tras las dos mujeres se escondía la pluma de un varón; Cienfuegos incluso jugó con sus lectores al equívoco: "No se cansen, es trabajo perdido ?decía?; que no soy tan tonta que no tomase muy bien las medidas para ocultarme antes de dar al público mis Pensamientos? Conténtense Vms. con saber que la Pensadora es mujer (que lo es cierto)".

Afirme lo que afirme, lo verdaderamente cierto es que los investigadores no han encontrado un claro rastro biográfico de Beatriz Cienfuegos y no se han puesto de acuerdo en la verdadera identidad de la Pensadora.

En cuanto a la Pensatriz, en opinión Urzainqui, parece que tras la palabras de Escolástica Hurtado se escondía la pluma de un religioso cisterciense llamado Baltasar Garralón; al margen de ello, Urzainqui se queda con la gracia y la soltura con que la publicación está escrita y con el vigor con que defiende la causa femenina y habla de una conciencia periodística nueva, al conjugarse en ambos medios la crítica social y costumbrista, la opinión y, formalmente, una estructura deudora del citado The Spectator.

De La Pensatriz solo nos ha llegado una entrega, la primera, a la que se puede acceder a través del magnífico archivo online que es la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. ?da igual el sexo real, lo que importa es la intención? y dos publicaciones: sociales, femeninas, feministas y del siglo XVIII.

Antes de que la Revolución francesa extendiera el ideal de la igualdad, ya pululaba por Salamanca una periodista que reivindicaba el derecho de las mujeres a publicar.

En un artículo escrito el 16 de marzo de 1777, Escolástica Hurtado, Girón y Silva de Pico proclama desde las páginas de La Pensatriz salmantina: "Fuerte cosa es que las prensas sólo han de sudar debaxo de las pelucas! Como si los Abanicos no fueran capaces de hacerlas gemir con ayre y darles una buena mano de molde. No hay forma de meter en la cabeza a los sombreros que las piochas también tienen sus luces y sus pensamientos altos".

La Pensatriz Salmantina, fue una de las dos únicas publicaciones destinadas a mujeres que se imprimieron durante el siglo XVIII.

NOTA:

Es también la cabecera más antigua que se puede consultar en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, creada por el Ministerio de Cultura para permitir el acceso libre y universal a los periódicos que han contado el día a día de España desde el XVIII en adelante. Hasta la fecha se pueden consultar unas 2.000 publicaciones, que permiten el acceso a 4.300.000 páginas digitalizadas, que se hallaban dispersas por diferentes bibliotecas públicas e instituciones.


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