Enlázate por la justicia
En un mundo en el que estamos habituados a disponer de casi todo de forma ilimitada y fácil, de obtener recursos o beneficios tanto particulares como públicos de manera inmediata, queremos llamar la atención sobre el poco interés que mostramos acerca de cuáles son los efectos de esos hábitos sobre otros o sobre la Creación.
El modelo de desarrollo económico, basado en el crecimiento del consumo, es insostenible con el ritmo y la capacidad del planeta. Además, genera desigualdad social, quebrantando los derechos de las personas más vulnerables, especialmente en aquellos países menos desarrollados que se hallan inmersos en la lucha global por los recursos naturales que son considerados estratégicos
El equilibrio se ha roto y el hombre en su afán de dominio y de poder ha abusado de la tierra y de todo lo que contiene, incluidos los propios seres humanos que la habitan, sus hermanos.
Estos cambios tienen consecuencias que van más allá del daño aparente, ya que afectan a los espacios, a las personas y a los seres vivos, a la sostenibilidad global del planeta, que se traduce en el desplazamiento obligado de seres humanos de sus lugares de origen por la desaparición de sus medios de vida ancestrales y sus fuentes de recursos.
Debemos tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos en este proceso y no seguir descargándola únicamente en las decisiones de los responsables públicos o de las grandes empresas. Nuestras opciones como ciudadanos y nuestras acciones o hábitos cotidianos también tienen consecuencias.
De ahí la urgencia de entender que el cuidado de los ecosistemas supone mirar más allá de lo inmediato .
Es necesario "romper la lógica individualista, consumista y depredadora de recursos naturales, si queremos ser cuidadores del planeta y de los seres humanos que lo habitamos".
Por eso, "es momento de hacer nuevas todas las cosas, de generar espacios para la esperanza, desde cada persona, gesto y acción, porque cada acto cuenta, por insignificante o pequeño que sea".
Animamos a todos a propiciar un cambio, tanto en los modos de vivir personales y comunitarios, como en las decisiones políticas, para contribuir, desde varias esferas, a construir una sociedad solidaria y un planeta habitable para todos los pueblos, no solo hoy, sino pensando en el mañana, y en las generaciones futuras.