Que el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, es por diferentes razones una especie de "verso suelto" dentro del gobierno de Juan Vicente Herrera es algo a estas alturas fuera de toda duda. No solo porque, dada su condición profesional de juez, no es militante del Partido Popular, sino porque no supedita a nada su propia agenda, aunque sea a costa, como sucedió ayer, de incurrir en un clamoroso escaqueo parlamentario.
Tocaba debatir en el pleno de las Cortes el Proyecto de Ley de ampliación del Parque Natural del Lago de Sanabria y la presidenta de la Cámara,Silvia Clemente, concedió la palabra al consejero, a fin de que procediera a la presentación y defensa del mismo, como es norma en este trámite parlamentario. Pero Suárez-Quiñones no estaba en su escaño del banco azul ni tampoco es que hubiera salido un momento del hemiciclo. A esa hora se encontraba a unos 130 kilómetros de Valladolid, concretamente en el curso alto del río Eresma, en plena sierra de Guadarrama, celebrando el Día Mundial del Agua en compañía de la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina.
Ante la incomparecencia de Suárez-Quiñones, se prescindió de su turno pasándose directamente a debatir las enmiendas a la Ley, trámite en el que el socialista José Ignacio Martín Benito, procurador cañero por excelencia, se despachó a gusto: "Devuelvan este toro a los corrales, que el consejero no ha comparecido", dijo. Y de "vergüenza ajena" calificó la ausencia del consejero María Josefa Rodríguez Tobal, la procuradora encargada de defender la enmienda de Podemos.
Ante lo insólito del caso, el propio presidente de la Junta se vio impelido al término del pleno a dar una explicación en los pasillos, pidiendo disculpas por lo que calificó de "un error humano por parte de quien tenia que haber informado y recordado" al consejero de que tenía que intervenir ante el pleno. Pero resulta de todo punto inverosímil que Suárez-Quiñones, que estaba presente en el hemiciclo a primera hora de la mañana, no tuviera conocimiento de que en el orden del día figuraba dicho Proyecto de Ley. No se lo cree ni Magú.