V
Comienzo a escribir
como respiro,
con el corazón incandescente
a la intemperie de este
junio de fuego.
Arden mis ojos al cobijar
mi vida sobre el vapor
licuante de este folio,
que refleja en su amparo
el desierto fúlgido del verso.
Palabras que descargan,
como gotas
furiosas
de una tormenta estival,
su dicha.
Y mi mirada
reverberando en su forma,
haciéndome participar
de este olor a húmedo
que destila el poema.
Camino sobre él
con la tinta
deslizándose
en mi aletargado transitar
sobre sus hojas como en hielo.
No hay nada más hermoso
en esta vida.
Oír cantar de lejos a un pájaro
escondido
y rozar la llameante delgadez
de su trinar con las palabras.
Imitar el simétrico
diapasón
del agua, dejándose la piel
sobre lo blanco.
Con esa palabra que me antecede
y que posee,
anudada en su centro,
la infinita edad de las tormentas.
Poema V de 'Acordes', de Asunción Escribano
Dibujo de Federico García Lorca