Lentenja de agua Lemma minor
Baños de Montemayor (Cáceres) Paraje de "El Solitario"
Todos estamos ávidos de luz, de sol, de campo y primavera. No sé quién más lo estará, si la propia Naturaleza o nosotros, los humanos de a pie. Me decantaré por los últimos pues ella, queramos o no, sigue el ritmo de su propio latir interno para mostrarse, como cada año, en el momento que le es más propicio. Hace amago de aparecer imitando los movimientos de las extremidades delanteras del camaleón y sin apenas darnos cuenta aparece explosiva, abriéndose paso ante cualquier adversidad que encuentre en su camino, apartando de él con clara demostración de fuerza todo aquello que nos empeñamos en interponer entre ambos.
El campo es un enorme y sugerente restaurante donde se nos presenta un exquisito y apetecible menú para nuestro deleite. En él los sentidos se atiborran de sensaciones. Es el momento idóneo para dejarnos sumergir entre sus exquisiteces y paladear tanto y tan rico a precio de saldo.
La mesa rebosa con la floración de frutales, el aroma a jacinto, el trino de las aves, el tacto de la hierba, las exquisitas marujas, berros y, como en la fotografía, estas deliciosas lentejas de agua; un atrevido plato con el que se me obsequiaba en mi última visita a ese paraíso natural que es Extremadura. Como entrante no está nada mal.
En la fontana
quietud desmesurada.
Lenteja de agua.
Feliz primavera a todos. Si gustáis, sentaos a la mesa que hay espacio más que suficiente y la fiesta no ha hecho más que empezar. Por mi parte, seguiré emboscado cada vez que tenga ocasión.
Imagen y textos: Carlos Blanco