OPINIóN
Actualizado 19/03/2017
Rebeca Martín

Probablemente si escribimos su nombre completo, Sheldon Allan Silverstein, no caigamos de inmediato a que autor estadounidense de literatura infantil y juvenil nos referimos. Sin embargo, si ponemos Shel Silverstein, ya nos podemos hacer una idea. Y, si además, escribimos uno de sus libros más emblemáticos El árbol generoso, ahora sí. Ahora sabemos de quién hablaremos en nuestro artículo de hoy.

Sumergirse en el mundo de tinta negra sobre blanco de Silverstein es toda una aventura. Sin embargo, poco se sabe sobre su vida, curiosa e interesante. Fue poeta, cantautor, músico, compositor, guionista, dibujante y autor de libros para niños y jóvenes. Como curiosidades, en 1970 Jonny Cash ganó un Premio Grammy como mejor vocalista masculino con la canción A Boy Named Sue que compuso el propio Shel Silverstein. En 1985 recibió el Premio Grammy al Mejor Álbum Infantil (edición audiolibro) por su libro Where the Sidewalk Ends. También, fue nominado a un Oscar y a un Globo de Oro por su canción I'm Checkin' Out, interpretada por Meryl Streep, en la película Postales desde el filo.

Sus libros -publicados en más de 30 idiomas-, en los cuales es autor e ilustrador, se caracterizan por una mezcla hábil entre el humor -a veces aparentemente tonto o simple-, la seriedad de plantear argumentos en realidad disparatados, su singular imaginación... Además, todo ello, queda perfectamente ensamblado a sus ilustraciones en blanco y negro dando lugar a un trabajo tan particular y una mirada poética, no solo de las historias que cuenta, sino también, de sus libros como objetos.


Extraído del libro Batacazos.

Hoy queremos pararnos en algunas de sus obras, no solo por el contenido de ellos, sino también, por la gran traducción que se ha hecho de ellas respetando las rimas en sus versiones originales e reinterpretando con ingenio el texto de Silverstein.

¿Quién compra un rinoceronte? Shel Silverstein. Traducción Miguel Azaola. Kalandraka.

Kalandraka vuelve a rescatar grandes clásicos (1964) e imprescindibles dentro del panorama de la literatura infantil y juvenil como éste título. Silverstein, una vez más, con una propuesta estética muy sencilla en blanco y negro, cautiva al lector al plantear una historia absurda, con grandes dosis de humor. Desde el momento en que abres el libro, te das cuenta que comparar un rinoceronte todo son ventajas. Los perros y lo gatos dejarán de ser las mascotas preferidas por los niños, porque un rinoceronte es increíblemente mejor, a pesar de su tamaño.

La parte que falta. Shel Silverstein. Traducción, Ben Clark. Intermón Oxfam.

Un libro que plantea la búsqueda del sentido de la vida de una manera sencilla y emotiva. Haciendo gala de su sentido del humor, con pocas palabras e ilustraciones con trazos de tinta negra, cuenta la historia de una "cosa" que no era feliz porque le faltaba una parte y decidió salir en busca de la parte que le faltaba. "Cosa" mientras rodaba y rodaba siempre cantaba una canción "Oh, voy buscando lo que me falta, la parte que me falta, la parte que me falta (...)". Un libro filosófico, poético, que hace que el lector se plantee preguntas sobre las relaciones sociales, humanas... Una historia que termina para volver a empezar.

Batacazos. Shel Silverstein. Traducción, Daniel Aguirre Oteiza. Ediciones B.

Un poemario repleto de sorpresas y humor negro donde el autor juega con las palabras, con travesuras, crea la asociación de ideas ingeniosas poco habituales... creando en el lector la carcajada. Las ilustraciones, siempre de la mano de su tinta negra y muy humosrísticas, complementan el sentido del poema dando, a veces, la clave para leer y disfrutar al máximo de su contenido.

El árbol generoso. Shel Silverstein. Traducción, Miguel Azaola.

Un clásico que plantea una amistad incondicional y desinteresada que no es correspondida en igual medida. Una historia contada desde una mirada tierna y conmovedora, que a su vez, es una crítica ante la relación egoísta y materialista que tenemos los humanos para alcanzar la felicidad. Toda una vida que transcurre entre la amistad de un árbol y una persona desde la infancia de ésta. A medida que va pasando el tiempo, el árbol siempre da a la persona todo lo que le pide en todas las etapas de su vida sin pedirle nada a cambio, pues la generosidad y el amor sin límites son la señal de su identidad que es feliz haciendo feliz a ese niño que conoció una vez. Una obra de arte donde el texto se complementa a la perfección con una ilustración minimalista llena de detalles y expresividad.

Pasen sin llamar al fántastico mundo de?

Soraya Herráez.

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