OPINIóN
Actualizado 13/03/2017
Isabel Muñoz
  1. Proponer al alumno unas cuarenta preguntas por escrito y con la contestación, de las que se pondrán unas diez en el examen. Objetivo: que adquieran vocabulario y palabras generadoras de Freire.
  2. Delimitar los mínimos a escribir, dibujar, fotos a recortar y pegar, en pequeños cuadernos que acaben. Herramienta con chicos inconstantes con baja tolerancia a la frustración por sufrir fracaso escolar.
  3. Puntuar trabajos de investigación en internet. Aprovechar los hábitos que tienen incluso con los móviles, aprendizaje TIC.
  4. Valorar las prácticas y aprovechar actitudes evaluables. Esto mejora su nivel de profesionalidad y empleabilidad.
  5. Valorar el aprendizaje- servicio. Responder a necesidades sociales desde las materias. Voluntariado en el hospital de fauna, mediación, cuidado de jardines, tirar la basura? Permite el trabajo en equipo y la transformación de la sociedad y los ecosistemas desde la escuela?
  6. Favorecer la realización de proyectos de innovación. Tipos de herbarios que prime más la calidad que la cantidad, huertos ecológicos, jardines minimalistas, bonsáis, lucha biológica contra plagas, leyendas para educación ambiental, charcas de anfibios,?Diez fichas cada semana, no es lo mismo que cuarenta de golpe.
  7. Acompañamiento individual en los exámenes desde el programa ruiseñor que sólo canta cuando está en confianza. Un examen a él sólo, en compañía del profesor, permite curar secuelas de anteriores suspensos.
  8. Individualización de las evaluaciones para que se pueda llegar al aprobado desde distintas fortalezas. Para el diez tendrían que tenerlas todas. Constructivismo evaluativo? Implica una actualización y sensibilidad del profesorado.
  9. Exposición de temas de interés relacionados con la materia. Se desarrolla la comunicación. Dominar unos treinta temas de los que ser capaz de hablar durante media hora, cinco minutos, ?Depende de nivel y materia.
  10. Exámenes o trabajos cooperativos desarrollados en grupo. Fomenta la solidaridad de los alumnos.


Las evaluaciones deben ser constructivas y los exámenes no deben ser juicios. Las evaluaciones sirven para valorar el esfuerzo y los recursos adquiridos por los alumnos. Sirven para reconocer la labor del profesor dentro y fuera del aula. La escuela es una oportunidad al alcance de pocos y se debe aprovechar para mejorar la sociedad y la vida de los alumnos. Los profesores y alumnos deben estar en simbiosis y tener sinergias que son responsabilidad del profesor en primera instancia. El claustro debe generar herramientas colectivas que permitan al profesor disfrutar de sus clases y ser promotor de aprendizaje en sus alumnos. Un test no justifica parar un camino de vida.

Tenemos que encontrar entre todos los profesores el camino para que "quieran".

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