EDUCACIóN
Actualizado 10/03/2017
Redacción

Detaca que los efectos del alcohol y las drogas son placenteros a corto plazo, pero muy negativos a medio y largo plazo

Los alumnos de la Facultad de Psicología han organizado en el Aula de Grados la jornada 'Drogas y Adicciones'. El catedrático de Psicología Clínica de la UPV/EHU, Enrique Echeburúa Odriozola, ha impartido una sesión sobre 'Adicciones y abuso de alcohol'. Posteriormente, el doctor del Hospital San Juan de Dios de Palencia Antonio Prieto habló sobre la 'Cormobilidad psiquiátrica y drogas: Patología dual'. Las jornadas han estado organizadas, entre otros, por los estudiantes Maider Prieto Vila, Carlos Valcarce González de Bango y Mario Perea Cabrea.

Enrique Echeburúa Odriozola, considerado uno de los mayores expertos en este tema, ha desarrollado los problemas que se derivan del uso del alcohol, desde la afición a la adicción "de cosas que parecen agradables se puede hacer un uso bastardo de ellas". El profesor ha destacado en su intervención la identificación del consumo de alcohol como una adicción "cuando su consumo se hace omnipresente y el foco de atención expresamente procede del objeto de adicción". Otro de los aspectos claves es que la persona deja de hacer aficiones y se producen problemas en su vida cotidiana como un bajo rendimiento escolar o del trabajo, accidentes de tráfico o comportamientos violentos.
El experto explicó también las características de las conductas adictivas "que se fortalecen por reforzadores positivos y empiezan siendo controladas, pero se convierte en adicción cuando se lleva a cabo la conducta, no para estar bien, sino para no estar mal". Ha destacado que los efectos del alcohol y las drogas son placenteros a corto plazo, pero muy negativos a medio y largo plazo "un placer pequeño pero inmediato puede tener más efecto que un castigo a largo plazo, por eso el paciente alcohólico se resiste a ese placer que obtiene de forma inmediata'. El profesor también ha informado de que el consumo abusivo de alcohol se asocia frecuentemente a otros problemas de conducta como la depresión, fobia social o problemas de ansiedad "donde se recurre al alcohol como desinhibidor". El catedrático ha destacado que en todas las adicciones (alcoholismo, ludopatía, drogodependencia, abuso de redes sociales, etc.) hay personas con mayor riesgo: "las buscadoras de sensacio
nes fuertes, con impulsividad, autoestima baja, con intolerancia a los estímulos displacenteros y con formas inadecuadas de afrontar los hechos". A estos grupos hay que sumar el elemento de la vulnerabilidad emocional: "personas con estado de ánimo disfórico, carentes de afecto, con una cohesión familiar débil, con un consumo en la familia de estos productos, con pobreza en las relaciones sociales, falta de aficiones y con dificultades escolares o laborales", indicó. El experto habló de los límites entre las conductas normales y las conductas adictivas que hay que tener en cuenta "cuando se observa en la persona una pérdida de la tolerancia o control, una fuerte dependencia psicológica, una pérdida de interés por otras actividades gratificantes y cuando se produce una interferencia grave en la vida cotidiana". "El alcoholismo es la parte más grave y más visible, pero el abuso del alcohol está presente en la vida cotidiana", afirmó. "Las personas no quieren ser conscientes de tener una adicción al alcohol porque está muy mal visto (...) Solo el 15% del total son las personas que se identifican con la adicción al alcohol y con tratamiento tienen un nivel de éxito alto, pero el otro 75% de las personas no están identificadas", apuntó.
El experto señaló también los grupos de riesgo: hombres de 18 a 40 años, adolescentes, mujeres embarazadas, hijos de padres alcohólicos y personas mayores de 65 años.

Respecto al grupo de jóvenes, el profesor indicó que es muy común consumir alcohol con cocaína u otros estimulantes "porque el alcohol provoca somnolencia y la droga contrarresta ese efecto". El profesor se refirió al consumo abusivo de los jóvenes en los llamados 'big drinking' donde se consumen grandes cantidades en no menos de dos horas. "La característica más grave del alcohol, para que se convierta en adicción, es que requiere su consumo abusivo durante 5 o 6 años, de ahí que lo habitual es que los alcohólicos hayan empezado a consumir jóvenes y se conviertan en adictos a partir de los 35 años". El joven puede agravar su situación y hay que intervenir de manera urgente si "realiza borracheras frecuentes, consume drogas, tiene conductas antisociales, dificultades de adaptación escolar o laboral, no tiene aficiones o tiene problemas en las relaciones sociales", concluyó.

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