Asistimos hoy al uso y abuso de la palabra y el concepto de "felicidad". Siempre fue parte del discurso religioso, prometiéndola en la otra vida si morías en gracia de Dios, porque en esta vida, en eso estaban en lo cierto, era imposible alcanzarla. Ahora la oferta de felicidad es parte de los mensajes asociados al consumo, sean propios de los libros de autoayuda o de la publicidad.
Lo cierto es que el concepto de felicidad es impreciso, seguramente imposible de definir, que hace referencia a los deseos y expectativas cumplidos. Como unos y otras nunca son del todo colmados, es imposible alcanzar esa meta o estado, salvo que con técnicas o estrtegias mentales, como hace el budismo, aprendamos a renunciar al propio contenido de la felicidad, "muerto el perro, se acabó la rabia". El ser humano, salvo que anule sus deseos y expectativas siempre está abierto a esperar más, ese es el lado positivo que nos motiva a hacer lo posible por mejorar, y por ello nunca alcanzamos la felicidad: deseamos conocer, gozar y vivir más y mejor.
En Psicología y otras ciencias de la salud hemos desarrollado dos conceptos más precisos, aunque también están sujetos a limitaciones: bienestar subjetivo y bienestar objetivo.
El Bienestar Subjetivo es la interpretación ?valoración personal- que cada uno hacemos de nuestro grado de satisfacción con nosotros mismos y con lo que nos ha ofrecido y ofrece la vida. Depende mucho de las expectativas, valores y creencias que tenemos cada uno de nosotros. Cambia como cambiamos nosotros y las circunstancias de la vida, aunque hay elementos, como el "humor" o tono vital que tienden a la estabilidad, como veremos. Por ello, se trata de un concepto subjetivo y cambiante que no nos permite definir, con carácter general, que sea a felicidad. Aun así, es el concepto más cercano al lo que se entiende popularmente por felicidad, pero reconociendo que se trata de una interpretación subjetiva y cambiante.
Por mi parte, cuando me hacen la pregunta sobre si soy feliz, respondo como lo hago conmigo mismo: "creo y siento que la vida me está dando lo que puede dar, lo que yo puedo esperar de ella". Y para hacer este razonamiento suelo tener en cuenta aspectos como la salud, los recursos personales, sociales y económicos, la vida profesional, las relaciones familiares y de amistad, entre otros. El resultado es que al día de hoy me siento afortunado o satisfecho o bien. Con ello reconozco que la vida, su sentido, lo que podemos conocer gozar y vivir tiene limitaciones (empezando porque me parece muy corta) y que somos tan vulnerables que nada tenemos asegurado.
Tengo un amigo que cuando le pregunto, "¿estás bien?", me responde con gracia, "¿bien o te lo cuento?".
Los científicos, de forma muy atrevida, para neutralizar los desvarios humanos, delirios o fatalismos subjetivos, usan otro concepto, "Bienestar Objetivo", basado en una serie de criterios centrados en los recursos y posibilidades se tienen de hecho a nivel personal, familiar y comunitario, llegando a evaluar el grado de bienestar objetivo de las personas, las familias, los ciudadanos de un pueblo, ciudad, comunidad o país. Estos hacen referencia a muchos aspectos como la vivienda, salud y atención sanitaria posible, escuela, universidades, medios de comunicación y transporte, seguridad, empleo y condiciones de trabajo, ambiente ecológico, etc. etc. Personalmente prefería denominar este concepto "bienestar basado en criterios", dejando claro que éstos son discutibles y cambiantes.
Los lectores caerán en la cuenta que, si el concepto de felicidad es tan difuso y los de bienestar están sujetos a la subjetividad personal o de quienes hacen estos estudios, seleccionando los criterios o indicadores que se evalúan, no hay que sorprenderse de que personas en estados que con frecuencia evaluaríamos de duros y países que consideremos como más pobres, puedan decir que son más felices que otros que cumplen mejor las condiciones que solemos suponer exige la felicidad. Eso sí, es evidente que hoy hay muchos poderes que están interesados en que sintamos la necesidad de ser felices , ¿ por qué será?