OPINIóN
Actualizado 24/02/2017
Redacción

Está de moda hacerse un "selfi", con amigos, uno solo a sí mismo, o con algún famoso, que algo se pegará. Más que una moda es una epidemia. Y supongo que más de uno o una se habrá hecho un "selfi" al ombligo, al que se está mirando, para poder mirarlo de frente. Esta epidemia tan extendida no es más que uno de los síntomas de la sociedad del "yo-yo", en la que vivimos: primero yo, luego yo, y después yo. De tal manera que en medio de la barahúnda y la batahola en que se debate nuestra sociedad llegamos a vivir en el solipsismo: el hombre solo, solo ante el peligro, en una sociedad egoísta, egocéntrica, de hombres concentrados en sí mismos, sino ya concentrados a los otros, para vivir o para sobrevivir a sus propias contradicciones y a las que les invaden de fuera. Y como lo que se ve en un mundo audiovisual y virtual en el "selfi", a primera vista (valga la redundancia), es el cuerpo, tenemos un egoísmo corporal, carnoso, sin espíritu, que no deja ver más allá de nuestras narices. Y si nos apetece levantamos un muro para ver menos. El siglo pasado se cayó uno, pero en este nuevo siglo cada día tenemos más, muros de alambre o de hormigón. Y así las sociedades se han quedado vacías, atendiendo a mantener el cuerpo social con el consumo que es necesario para que el dinero traiga dinero. Hay que atiborrar al cuerpo social comprando en las rebajas y nos compramos una camisa que no nos hace falta y encima nos está estrecha, como una camisa de fuerza. En esta socialización desbocada y en esta globalización sin orden ni concierto nuestro hombre de hoy se ha quedado solo jugando al "yo-yo" y haciéndose un "selfi" a su propio ombligo.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >El “selfi” y el “yo-yo”