En estos días algunas personas han oido que soy terapeuta de biomagnetismo, pero no saben que es. Voy a explicar brevemente en qué consiste esta cada vez más practicada terapia, que si bien en España no es tan conocida, en países como México es muy frecuente y muy valorada gracias al Dr. Isaac Goiz, el padre de esta terapia, que une varias disciplinas: Biología, medicina, física y química.
Se aplica para curar todo tipo de enfermedades. No se trata de ninguna "técnica milagrosa", sino que es un tratamiento natural que responde a la interacción de un par de imanes de polos opuestos que generan un campo magnético y anulan los patógenos.
Esta medicina es muy común en Iberoamérica y en EE.UU., y también es muy demandada en Alemania.
Su aplicación "no tiene contraindicaciones, ya que mediante dos imanes se puede identificar la actuación de patógenos, bien sean bacterias, virus, hongos o parásitos".
El cuerpo humano trabaja y se encuentra en salud plena cuando el pH (medida que indica la acidez o alcalinidad de una solución) de nuestros órganos es neutro.
Sin embargo, la acción de los patógenos provoca una alteración en el pH, que pasa de ser neutro a ser ácido (por acción de virus y hongos) o alcalino (por acción de bacterias y parásitos)
Con la técnica del biomagnetismo se identifica, en primer lugar, la existencia del patógeno haciendo un rastreo con los imanes y luego se procede al tratamiento.
De esta manera, se coloca el imán del polo negativo en la parte afectada del cuerpo donde, supuestamente, está la patología del paciente.
Si la patología en cuestión existe, al colocar el imán en la parte afectada del cuerpo (con el paciente tumbado sobre una camilla), la pierna derecha del enfermo se encoge entre uno y cinco centímetros, debido a la interacción del campo magnético.
Acto seguido, se coloca el imán de polo positivo sobre la parte del cuerpo que hace resonancia con el imán negativo, con el fin de que se cree un campo magnético.
Después, se comprueba que las dos piernas vuelven a tener la misma simetría.
Una vez comprobada la simetría, se aplican los imanes durante un cuarto de hora en la zona de la patología para lograr la despolarización de los órganos afectados, con el fin de que se restituya el equilibrio del pH.
Si al quitar el imán positivo, pasado un tiempo, los talones continúan simétricos, entonces los imanes han impactado sobre el patógeno y han devuelto el Ph neutro al cuerpo.
Además de combatir los patógenos, el biomagnetismo también se utiliza para reactivar el funcionamiento del sistema glandular, en lesiones temporales e, incluso, para tratamientos emocionales.
Esta técnica la descubrió en 1988 el médico internista mexicano Isaac Goiz, con la teoría del Par Biomagnético.
Goiz imparte cursos de formación de biomagnetismo médico en la Universidad de Chapingo (México), donde tuve la suerte de formarme.