OPINIóN
Actualizado 15/02/2017

Sin duda la clsula suelo ha sido el tema de lo que llevamos de invierno.

Ya hace cerca de dos años, algunos Bancos comunicaron a los hipotecados que a partir de ese momento anulaban dicha cláusula de sus hipotecas. Era, sin duda, el primer aviso de la Unión Europea.

Ahora, además, hay que revisar todas las hipotecas para devolver lo cobrado anteriormente, si corresponde.

E involuntariamente y sin esperárselo, surgen los primeros pescadores de este río revuelto.

1. Los bufetes de abogados, que ante el posible no acuerdo de los hipotecados con sus Bancos, ofrecen sus servicios haciendo uso de la publicidad en todos los medios de comunicación, e incluso repartiendo en los buzones de las viviendas la correspondiente hojita anunciadora, advirtiendo de la posibilidad de que los acuerdos que dichas entidades ofrezcan, no sean los más justos.

Ante tal hecho, es preferible dejar en sus manos las tramitaciones correspondientes, y esta lógica supone un gran incremento en su negocio, por supuesto con todo el derecho del mundo, y, además, con el agradecimiento de los afectados que se ven apoyados en la realización de trámites que no todos conocen.

Entre la documentación a presentar, la escritura de la hipoteca. Y aquí viene otra. ¿Dónde está esa escritura?

Según mis informaciones, la notaría envía las copias al Banco, una de las cuales el Banco debe enviarla al cliente. Y también según mis informaciones, el Banco no la envía. Mis informaciones y el hecho de que nadie encuentra en su casa el documento en cuestión, lo cual quiere decir que nunca la recibieron.

Y aquí surge el

2.Las notarías se ven desbordadas por los reclamantes que solicitan copias de esas escrituras que el Banco sigue sin dar aunque se le pida, y que cuestan un dinero lógicamente. Y si en casos normales las notarías tienen unos plazos muy pequeños para entregar copias de escrituras, ahora hay que esperar hasta semanas incluso, porque debido al volumen de peticiones que se les acumulan, no dan abasto.

Debido a todos estos ires y venires se produce el

3.Las farmacias. En no pocos casos, estas luchas por recuperar lo que parece se perdió, provocan estados de ansiedad incrementados por lo laborioso de las gestiones a realizar y la inseguridad de si servirá para algo, y, esto ya son suposiciones mías que el gremio confirmará o no, aumentará la llegada de recetas de medicamentos terminados en -án.

Claro que las ansiedades no van a terminar aquí.

Si hay que ir a juicio porque cliente y Banco no lleguen a un acuerdo, todo el asunto va a quedar en manos de un juez. Y también según mis informaciones, ese juez se tiene que asegurar de que el afectado, cuando firmó la escritura de la hipoteca, no era conocedor del verdadero significado de la cláusula suelo. ¿Y cómo se asegura? Bueno, supuestamente por el nivel de estudios, o de la capacidad que vea tienen para entenderlo.

Y es en este caso donde hay que preocuparse (otra vez), porque si el criterio del juez es que el demandante era capaz, fallaría en contra del mismo y el hipotecado perdería lo solicitado en la demanda y además tendría que pagar las costas, carísimas por cierto.

Aún así queda la esperanza (nunca hay que perderla) de pensar que si a miembros de la realeza y de otros lares los consideran como incapaces de enterarse de nada aunque estén desempeñando cargos de responsabilidad en entidades económicas, con los pobres mortales afectados por la cláusula suelo hagan lo mismo y den por hecho los tribunales que, ignorantes de las consecuencias, hasta con el diablo se firma por conseguir un hogar, sin saber que en realidad se está vendiendo no solo el alma sino también la hacienda.

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