Ved este nogal, desnudo, extendidas sus ramas y ofrecidas al cielo, en medio del invierno y de la niebla. ¿No percibís en él, en el despliegue hermoso de su copa, esa resurrección primaveral a la que está dispuesto? Cuando ya la templanza y los días más
Ved este nogal, desnudo, extendidas sus ramas y ofrecidas al cielo, en medio del invierno y de la niebla. ¿No percibís en él, en el despliegue hermoso de su copa, esa resurrección primaveral a la que está dispuesto? Cuando ya la templanza y los días más claros lo despojen del sudario de la niebla y del frío, resurgirá de nuevo y seguir?
? ofreciéndose. Porque solo en todo aquello que se ofrece se encuentra la melodía más verdadera del existir, de la vida.
José Luis Puerto (Texto) / Rosa Gómez (Fotografía)