28/enero/sábado
La Peña Cañizo, entusiastas caminantes, lúdicos y parladores, acompañados por nuestras mujeres, nos damos cita en el Molino de Cañizo. Lo hacemos cada año en torno a una paella que Trini nos hace con sapiencia valenciana y esmero de profesional. Hace frío en el Molino pero lo eliminamos a base de buen vino y mucha alegría. Recordamos el último tramo que hicimos del Camino de Santiago y apuntamos en la agenda el próximo, que nos llevará a Compostela. Empezamos en Burgos y pronto cerraremos este capítulo. Después seguiremos por donde acordemos.
Andar es una excusa para reunirnos, para charlar, para sentir el compromiso de la amistad. Javier Aguirre nos regala un libro extraordinario de fotos del último tramo. Una memoria exhaustiva de lo que hicimos. Ya es el cuarto capítulo. En realidad lo hace su mujer, Carmen, pero él se apunta al mérito. Javier Aguirre es el que se mostró con más ganas de iniciar el último tramo. Lleva ya en la sangre el Camino.
29/enero/domingo
"El País" publica un reportaje que recuerda que hace 25 años aparecieron en Alcasser los cadáveres de Miriam, Toñi y Desiré, tres adolescentes torturadas, violadas y asesinadas. Fue un caso terrible que conmovió a España entera. ¿Cómo podía haber unos seres monstruosos que hicieran lo que hicieron con aquellas niñas? Desiré y Miriam tenían 14 años y Toñi 15. Decidieron ir a la discoteca Coloor en Picassent (Valencia) haciendo autoestop un 7 de diciembre de 1992. Nada más se supo de ellas. Hasta el 27 de enero de 1993, cuando dos apicultores vieron una mano desenterrada en una fosa de la finca llamada La Romana, cerca del pantano de Tous. En la muñeca el reloj de la niña marca las 14.30 horas, Ahí se acabó la esperanza de encontrarlas con vida. A partir de ese momento comenzó un rosario de hechos noticiosos, adobados con salsa rosa y otras carroñerías, que convirtieron el caso en un lamentable esperpento. La audiencia televisiva importaba más que aquel acontecimiento luctuoso. Uno de los asesinos nunca apareció y otro ya está en libertad.
Hoy se cumplen 50 años de "Cien años de soledad", la gran obra de Gabriel García Márquez. La historia de la familia Buendía nos atrapó, y sigue atrapando, a todos los amamos la gran literatura. Recuerdo que iba a entrenar al campo de fútbol del Manresa, donde yo jugaba, cuando un compañero, el defensa central Mendi, nos dijo a los que íbamos en el coche que acaba de leer un libro impresionante, cuyo autor era un colombiano que vivía o había vivido en Barcelona. Yo no había leído nada de este autor, pero me interesé por "Cien años de soledad" dada la pasión que Mendi puso en sus comentarios. Realmente fue un descubrimiento. Emocionante y de escritura exquisita. Después leí "Relato de un naufrago", "El coronel no tiene quien le escriba", "El amor en los tiempos del cólera", "Vivir para contarla" y otras muchas obras del Premio Nobel de Literatura. Una maravilla.
Hoy tomó posesión de su plaza (silla s) en la Real Academia Española Paz Battaner. Fue elegida el 3 de diciembre de 2015 para sustituir a José Luis Pinillos. Es la undécima mujer elegida miembro de la RAE. Su discurso lo tituló "Algunos pozos sin fondo en los diccionarios". Entre otras cosas dijo: "no concibo enseñar lengua sin la mejor literatura".
Conocí a la lexicógrafa en Barcelona en mi época de estudiante de Periodismo en la Universidad Autónoma. Fue un hecho casual porque nunca tuve la suerte de tenerla de profesora. Yo solía hacer autoestop al terminar las clases para volver desde Bellaterra a Barcelona. Me paró un coche y subí. Gracias. La conductora era una mujer. Entablamos conversación y ella me preguntó que de dónde era. Le dije que de Zamora. "Ah, entonces conocerás bien a Claudio Rodríguez". "Ni idea", le dije. "Pues si yo te diera clase sólo por eso te suspendería; Claudio Rodríguez es uno de los mejores poetas de España, es una pena que no lo hayas leído, y más siendo de donde es él; debes hacerlo, te sorprenderá." Me dijo que ella era de Salamanca. Llegamos a Barcelona y "adiós, adiós". Después la saludé en la Facultad en varias ocasiones y en una de ellas le dije: "Ya estoy leyendo a Claudio Rodríguez". "¿Y te gusta?". "Mucho", le dije.
Como la vida da tantas vueltas, de ires y venires, en 1984 recalé en Valladolid para dirigir los Servicios Informativos de TVE en Castilla y León. En este quehacer conocí a Sebastián Battaner, que fue Director General y Presidente de Caja Salamanca y Soria, después Caja Duero. Con el tiempo mantuve una gran relación con él y le conté la anécdota con su hermana. "Es la más lista de la familia", me dijo. Sebastián Battaner ha sido la mejor cabeza banquera y cajera que he conocido. Un lujo que ha visto el desastre de su caja y de otras muchas ya medio apartado del mundanal ruido económico. Otro hermano de Paz y Sebastián, Enrique Battaner fue Rector de la Universidad de Salamanca. ¿Cómo puede haber en una misma familia personas tan inteligentes? Así es la vida: unos tan listos y otros tan tontos.
30/enero/lunes
Voy a Cañizo. Allí he quedado con Ángel Barrena para ir a ver la Cavén de la Peña y la Cavén del Cura, dos hondonadas creadas por el agua durante siglos y siglos en medio de La Lomba, un llano ondulado de la estepa leonesa donde se asientan las lagunas salitrosas de Villafáfila, invernadero ánsares y otras especies de una fauna rica y variada. Aunque este año, con el cambio climático por medio, han sido pocas las aves migratorias que se han recalado aquí.
Decidimos dejar el coche en la parte alta del pueblo, junto al cementerio, pero antes nos encontramos con Celedonio Raposo, que nos dice que no vamos a poder andar por la zona porque las recientes lluvias y la han convertido en un barrizal. Le hacemos caso y nos dirigimos al Raso, donde la tierra es pedregosa y no habrá problemas. El cielo está encapotado pero nos respeta la lluvia. La temperatura es benigna y la luz gris azulada nos permite ver a lo lejos hasta confundir el cielo con la tierra. Las encinas del raso nos conducen hasta el Coto y los Pinos, extensiones que juntas superan las dos mil hectáreas. El suelo es marrón, un marrón limpio, de tierra recién regada. Charlamos y observamos todo a nuestro alrededor. Ángel dice "¿ te das cuenta que no vemos ningún pájaro?" Cierto. "Los herbicidas acaban con todo", sentencia. Más adelante vemos apeonar unas perdices y volar con precipitación a dos ratoneros, dos aves de presa que huyen ante nuestra presencia.
Pero este Raso no es el de antaño, de hace décadas, cuando una ingente cantidad de todo tipo de pájaros se movían entre las rastrojeras y los escaramujos. Una viña centenaria está llena de plásticos al viento para ahuyentar a los pájaros. Pero ¿qué pájaros? No puede ser que hayan desaparecido todos. Pienso que esperarán escondidos del frío en los tomillares y las zarzas hirsutas.
Al fondo queda San Pedro de Latarce, ya en la provincia de Valladolid, donde decidimos acudir andando la próxima ocasión. La tierra para conocerla hay que pisarla, al paso, mientras la mirada se extiende libre por unos pagos en los que se palpa la soledad, y el abandono, porque esta es una zona que pertenece a la "España vacía", la de la despoblación sin remedio, ahora ya muerta en vida. Le digo a Ángel: "tenemos suerte, no viviremos para ver desaparecer Cañizo". "Bueno ? dice Ángel -, no, pero le faltará poco; esto es irreversible." Le digo que ahora se ha puesto de moda en los medios de comunicación hablar de la despoblación de muchos lugares de España, pero eso no va a solucionar nada porque las autoridades hace tiempo que decidieron pensar sólo en la ciudad. El campo se muere. Me dice Ángel que quedan muy pocos pastores en Cañizo, y que los pocos que quedan, como Teodoro, no tardarán en dejar las ovejas; no tienen relevo, se acabó lo que se daba. Lejos queda el tiempo cuando en Cañizo había cinco mil cabezas de ovino.
Llegamos al pueblo después de tres horas de marcha. Nos espera su hermano Antonio que nos tiene preparado un manjar: lomo y entrecuesto entre manteca. Sabor de antaño para acuchillar el presente. Comemos y bebemos, charlamos y reímos. Nosotros no podremos resolver un problema de Estado. Un estudio anuncia que hay 500 pueblos en toda España abocados a la desaparición; son los núcleos que no sobrepasan los 50 empadronados. En definitiva; cuestión de muy poco tiempo e inviernos fríos. El éxodo masivo en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado no ha parado.
El Rey ha clausurado hoy el Cuarto Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. Las críticas coinciden: la efeméride ha sido mal planificada y peor tratada. Los actos que se organizaron empezaron tarde, con desacuerdo por parte de las instituciones para celebrar actos conjuntos y la programación ha sido muy incompleta para lo que se merecía nuestro gran escritor. Cierto y verdad que coincidió con un Gobierno nueve meses en funciones, de Mariano Rajoy, más preocupado por el caos político que por darle honor y gloria a Miguel de Cervantes.
3/febrero/jueves
Recibo una invitación para asistir a unas conferencias sobre la situación económica y las consecuencias del Brexit británico y las decisiones locas de Trump. No pienso ir, claro, eso es como invitar a un amigo a hacer penitencia.
Prefiero pasear con Rumbo, que me enseña mucho más y es más divertido. Hay un tiempo en el que uno empieza a desaparecer de los asuntos prosaicos para centrarse en lo que le gusta y le motiva. Pasamos demasiado tiempo en la vida laboral atendiendo obligaciones porque no nos queda más remedio. Pero en el momento que podemos, cuando las circunstancias nos son favorables, levantamos el vuelo y nos agarramos a la libertad de hacer sólo lo que nos interesa.