Cuando un mortal, raro, cuasi inadaptado, soñador, pero realista hasta llegar al dolor (¡qué paradoja!)trata de expresar con palabras , sujetando ese Bic unos momentos y otros un plumín con irisaciones de sueños; la ola de sentimientos, emociones, ilusiones que despierta cada pequeño detalle del entorno, aparcado en un rincón de la memoria especialmente diseñado para dar rienda suelta al lacrimar, se queda sentado con el dedo apoyando la sien intentando encontrar las palabras que definan con exactitud las sensaciones que invaden cada uno de los sentidos, esas percepciones que llevan tatuadas el nombre de la vida.
Desde todos los sueños que he confundido con realidades o esas realidades que confundí con sueños, a veces no sé si realmente soy el punto negro en el universo blanco o todo es una broma del regidor de esta gran obra de teatro.
Pasan los años, se acumulan las canas, pero queda indemne el sabor de esa sopa de lluvia con tropezones de pan frito, aquel vaso de vino peleón aderezado con gaseosa "Gutierrez", o los panes emborrachados.
Tardes de partidas de cartas dónde siempre ganaba, según el guión preestablecido, para que mi ego se inflara como un pavo real, cuentos e historias interminables de sapos que se convertían en tocino o tocinos que croaban como sapos en las noches de verano a la "sombra" de un poste eléctrico.
Guiños, defensa a ultranza para después de más de medio siglo seguir siendo el niño que subía las escaleras engalanadas con begonias de todo tipo, abría la puerta de un mundo, mi mundo, dónde siempre encontraba la felicidad, el apoyo, el abrazo y el auxilio, cuando los sueños jugaban una mala pasada o quizás era la realidad la que se mostraba, justo como no quería verla.
La vida se vuelve sistema, y en ese rol de cada segundo, de las 24 horas exactas, del día tras día, a veces se pierden las emociones del grandioso arte de vivir. Yo cuando creo que se me está olvidando lleno cada centímetro de una hoja en blanco o de esa pantalla parpadeante.
Ahora sé que estáis allá, no sé dónde o quizás sí, vuelvo a confundir sueño y realidad o viceversa que más da. Siempre tuve la suerte de disfrutar de sentimientos de madre por partida doble, duplicado también mi hogar en el que siempre pude compartir risas y algarabía sin sitio nunca para la pena y el ahogo.
Ahora, hoy, sólo unas horas después de agitar la mano en la despedida, sé que tu ausencia como antes fue la de mi espejo,me inspirara a seguir los puntos suspensivos que la doble M dejo en el carril de mi vida. Aunque quisiera escapar de esta dimensión escondida, sé que jamás me soltará, no podré ni quiero huir de lo que se convierte en mi torrente de sangre, en la cura de sentimientos, en las emociones que siempre llenaran mi vida amparada en mi historia, aunque llegara el caso de que azoten mis recuerdos como antes se llevaron los de tu alma gemela.