OPINIóN
Actualizado 26/01/2017
Víctor Hernández

Al igual que ocurre con otros muchos ámbitos, también somos lo que escuchamos. La música que nos gusta dice mucho de nuestra personalidad y qué ritmo llevamos en nuestras venas.

A pesar de existir muchas formas de identificación psico-sociocultural, es la música, junto con el lenguaje, uno de los mecanismos que aparecen de manera exclusiva en la especie humana.

Algunos estudios determinan que los gustos musicales son utilizados como un medio para regular las emociones y dejan entrever mucho de cómo somos realmente. Y es que la música siempre ha sido una forma de identificación y expresión, quizá incluso más que otras artes.

La música, entonces, se convierte en un punto de referencia de la identidad del ser humano. Y cada punto geográfico, momento histórico y acontecimiento social viene ligado a una música concreta.

Los gustos musicales nos pueden dar algunas pistas sobre cómo es una persona, su versatilidad, extroversión, capacidad para el baile, rebeldía e incluso decirnos mucho de sus capacidades verbales.

Con la revolución industrial, la música, ya contemporánea, ha ido pasando por diferentes formas que no son más que una evolución continuada desde que nació el jazz después de la II Guerra Mundial. Cuando aparecieron los géneros rock and roll y pop y todos sus subgéneros fue cuando se comenzó a ver que cada uno de ellos guardan una enorme relación con la personalidad del individuo que los escucha.

Normalmente es el mensaje que se proyecta con cada género lo que hace que una persona se decante por uno u otro. Piensa si esto te ha pasado a ti.

¿Eres lo que escuchas?

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