OPINIóN
Actualizado 16/01/2017
Redacción

A veces me confundo y pongo niebla donde tan solo quise poner árboles, briznas de espliego, dócil claridad. Quisiera ver feliz al enemigo, rodear de un arcoiris las miradas de mis hermanos; pero inconscientemente pongo escarcha, agrias tormentas sobre su corazón. Intento no hacer daño, dar caricias con mi palabra a aquellos que más sufren, pero mis labios son cometas de humo deshilachado que perdieron hilo y arañan cuando caen los sentimientos de quien más amo. No tengo perdón; pero lo pido y clamo, y al hacerlo tiendo mis ojos, alas quebradizas que ya perdieron vuelo, sobre el aire de un mundo abotargado que no entiendo. Y a pesar de ello, aunque me equivoque, aunque haga daño a aquellos que más amo, a mis amigos, e incluso al que me odia, fragmento mis torpezas, las deshago, y, mientras me despojo de la herida que en mi alma dejan, me asiento en mi ignorancia, doy vueltas sobre el niño que ayer tuve dentro de mí, solicitando paz, amor, ternura, olvido y comprensión.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Torpezas