Llega el nuevo año y con él los famosos propósitos de enmienda. Éstos son una buena oportunidad para cambiar aquellas cosas de nuestra vida con las que no estamos del todo satisfechos, aunque sabemos que es difícil mantener dichos propósitos. Por ello,
Ponerse en forma: probablemente éste es uno de los propósitos más populares en estas fechas, lo cual no es de extrañar, teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros se ha pasado las Navidades comiendo más de la cuenta. Antes de correr al gimnasio más cercano y apuntarte enseguida, piensa en cómo es tu día a día y establece una rutina de ejercicio y dieta que seas capaz de mantener a largo plazo, ya que no sirve de nada que pases un par de semanas yendo todos los días al gimnasio después del trabajo si a la tercera semana estás tan cansado que lo dejas. Lo mismo ocurre con las dietas.
Comer mejor: este objetivo suele ir ligado al anterior. Lo mejor es deshacerse de la comida basura y establecer objetivos alcanzables y razonables. Puede que sólo sea cuestión de llevarte comida de casa al trabajo en lugar de comer cualquier cosa fuera. Planificar las comidas semanalmente puede ayudarte.
Ganar más dinero: a todos nos vendría bien obtener algo de dinero extra para hacer nuestra vida más cómoda. Afortunadamente, hay múltiples formas de conseguirlo, como trabajos complementarios o las empresas que conceden minipréstamos.
Reducir el nivel de estrés: es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero todos sabemos que el exceso de estrés no es nada bueno, por lo que debemos aprender a combatirlo. Lo primero que hay que hacer es no tomárselo todo como algo personal. Cuando tenemos gran cantidad de cosas que hacer es fácil que nos sintamos sobrepasados; eso es porque miramos todos esos asuntos pendientes como un gran todo, cuando en realidad no siempre lo son: antes de agobiarte pensando que tienes mil cosas que hacer, empieza por la primera, y poco a poco verás cómo tu estrés se reduce porque vas quitándotelas de encima.
Dormir más: admitámoslo, casi nadie duerme las 8 horas diarias que los médicos recomiendan. Aun así, nunca está de más intentarlo, ya que, si lo consigues, te sentirás mejor y no te verás tan afectado por el estrés. Un truco para conseguirlo es tratar de mantenerte lejos de los aparatos electrónicos (televisión, ordenador, móvil?) una hora antes de acostarte, ya que la luz que emiten éstos impedirá que entres en el estado de somnolencia que necesitas para dormir profundamente.
Dejar de fumar: esta adicción al tabaco no sólo tiene graves efectos en la salud a medio y largo plazo, sino que supone un gran gasto, ya que no es un producto barato, por lo que puedes matar dos pájaros de un tiro y mejorar tu salud y tu economía. Algo que puede ayudarte es mantenerte ocupado, ya que si te mantienes activo no tendrás mucho tiempo para pensar en fumar.
Leer más: ¿Cuántas veces hemos pensado que deberíamos ver menos la televisión y leer más? Es el momento de aplicarnos. Los libros son una excelente manera de obtener conocimiento y entretenimiento. Puedes ponerte una meta anual asequible, dependiendo de cuál sea tu punto de partida, y buscar aquellos libros que más provocan tu curiosidad. Siempre se puede sacar algo de tiempo para leer. ¡No hay excusa!
Ser más ordenado: hay mucha gente a la que le cuesta tener sus cosas bien organizadas y, aunque parece que no, tener la casa desordenada puede afectar negativamente a nuestro humor, así que sacúdete la pereza y ordena un poco. Piensa que es mejor hacerlo poco a poco en lugar de esperar a que parezca que ha pasado un huracán por tu casa y tener que ordenarlo todo de una vez.