La expansión de las poblaciones de jabalí ha motivado también el aumento de su caza / FOTOS: CORRAL


CAZA Y PESCA
Actualizado 13/01/2017
Miguel Corral

La escasez de piezas de menor obliga a que muchos aficionados orienten su actividad cinegética hacia especies de mayor

A falta de casi un mes para que finalice la caza menor, la mala temporada cinegética ha obligado a una buena parte de los cotos salmantinos a adelantar su cierre en previsión de mantener las escasas piezas que quedan en sus pagos y asegurarse así, con una primavera dentro de la normalidad, la madre suficiente para afrontar una nueva temporada con optimismo.

Entre tanto, la mayoría de los acotados que tienen como aprovechamiento el jabalí, orientan desde primeros de año sus jornadas a la caza de omnívoro de insaciable apetito y valentía más que demostrada. Los guarros vuelven a convertirse así en la pieza cinegética por excelencia durante el mes de enero y hasta el 26 de febrero, fecha esta última en la que finaliza el periodo hábil de caza recogido en la Orden Anual de Vedas para la temporada 2016-2017.

Nadie puede discutir que cada año son más el número de aficionados que se decantan por su caza, bien sea por la escasez de otras piezas de menor como por los lances que procura este intrépido y astuto andarín que se sirve de su fino olfato y oído para detectar la presencia de cualquier amenaza y poner así tierra de por medio por el lugar más tapado del monte.

Las cacerías colectivas suelen ser el método más eficaz para darle caza, bien sean monterías o ganchos. Estos últimos se diferencia de la montería en que el número de cazadores no puede sobrepasar los 20 participantes, teniendo fijado en su conjunto un total de 25 participantes entre cazadores y perreros, además de una sola rehala de perros, es decir, entre 20 y 30 canes. En el caso de las monterías, el número de escopetas, batidores y perros viene determinado por el plan de ordenación cinegética.

Excepcionalmente, con independencia de lo estipulado en las resoluciones de aprobación de los planes cinegéticos, y al objeto de disminuir las densidades, durante la presente temporada, se podrán celebrar 2 monterías o 6 ganchos/batidas por cada 500 hectáreas de terreno acotado apto para caza mayor y fracción del mismo, siempre que esta fracción sea superior a 250 hectáreas, así como un gancho por fracción, si su superficie resultara comprendida entre 125 y 250 hectáreas. En el caso de que se trate de monterías de menos de 30 puestos, el número de ellas podrá elevarse a 4 para tales superficies. La celebración de dichas cacerías en la provincia de Salamanca estará sujeta únicamente al régimen de comunicación previa.

A diferencia de la caza menor, para la práctica de estas dos modalidades de caza colectiva en cotos con aprovechamiento de esta especie, solo será necesario comunicar al Servicio Territorial de Medio Ambiente su organización. Según recoge la Orden Anual de Vedas para la temporada 2016-2017, y como la temporada anterior, la autorización de este tipo de cacerías solo será necesaria para cotos con aprovechamiento de lobo (al norte del Duero) o aquellos incluidos en el programa de recuperación del oso pardo. En el resto de terrenos únicamente será necesario la comunicación previa de la cacería de acuerdo a lo legislado en la Orden Anual.

Y a diferencia de las cacerías colectivas, la caza del jabalí mediante la modalidad conocida como 'en mano' no requiere de más requisitos que haber sido incluida en el Plan de Ordenación Cinegética del coto en cuestión. En este método de caza, el número de cazadores con arma de fuego no podrá ser superior a cinco, ni el total de perros utilizados superior a seis.

Extremar las medidas de seguridad

No podemos olvidar que por la naturaleza de este tipo de caza, en la que se emplean armas y munición de largo alcance, resulta imprescindible extremar todas las precauciones posibles al objeto de evitar accidentes fortuitos, casi siempre eludibles si se toman las medidas de seguridad que deben regir las cacerías colectivas. Además de las normas recogidas en la Ley de Caza, como la obligatoriedad de permanecer en el puesto hasta que el postor regrese retirando la armada, cabe recordar que es de obligado cumplimiento para perreros o rehaleros el portar como vestimenta chalecos o prendas reflectantes que permitan visualizar su posición a larga distancia, una norma que en el caso de los cazadores se limita a una gorra o brazalete, aunque siempre será mejor pasarse en vestimenta reflectante para ser visto que pasar desapercibido para otros cazadores.

Al mismo tiempo, otra de las normas obligatorias y que tiene por objeto mejorar la seguridad en monterías y ganchos, es la señalización de todas las vías de acceso a la mancha a batir, y que puede servir con un cartel que advierta de la celebración de la cacería.

Posición de puestos contiguos

Por otro lado, en el caso de los tiradores, siempre es recomendable conocer la posición de los cazadores contiguos en uno y otro lado al puesto a fin de evitar encarar el arma en cualquiera de ambas direcciones. Lo mismo sucederá cuando no se tenga la certeza de la situación exacta en la que se encuentran los rehaleros, por lo que siempre se deberá realizar el disparo a pieza pasada, pues es mejor lamentar la huida de un cochino que llorar la muerte de un amigo.

Otra de las recomendaciones a fin de evitar riesgos innecesarios, es no dirigirse a la pieza para comprobar si realmente está muerta, lo que en zonas de monte cerrado puede inducir al error de los puestos contiguos al moverse la vegetación; lo mismo sucede cuando el cazador se corre del puesto en el momento de un lance para facilitar el avistamiento de la pieza, situaciones que se producen con demasiada frecuencia y que aumentan el riesgo de accidentes en la caza.

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