Cuentan que Baltasar Gracián, casualmente con nombre del rey negro, sacerdote, gran prosista español autor de "El Satiricón", nacido un 8 de enero de 1601, gozaba de un notable seguimiento por su originalidad y heterodoxia a la hora de impartir sermones,
En cierta ocasión Gracián realizó tal alarde de habilidades que anunció para su próximo sermón la lectura de una carta que había recibido desde el Infierno, creando con ello tales expectativas, que las autoridades eclesiásticas no se la dejaron leer.
Hoy imaginamos que aquel proyecto de sermón sería una metáfora y como carta "venida desde el Infierno" esté más cerca la que les mostramos a continuación.
Queridos Reyes Magos:
Cuando yo era pequeño, tan pequeño como los niños de Siria, pensaba igual que los niños de Siria, y cuando yo preguntaba por los terremotos de la Tierra, me decían que los ocasionaban fallas terrestres que se movían y chocaban en el interior de la Tierra. Y cuando preguntaba "por qué", siempre me contestaban que eso sólo lo sabía Dios. Y cuando preguntaba "dónde estaba Dios", me decían que allá arriba. Y hoy, que sí, que soy un niño de Siria, no comprendo que las bombas vengan desde allí. Pero como soy niño, ya no puedo preguntar más porque me tengo que ir a la cama, que mañana hay "cole" y tengo que aprender. Y sí, claro, preguntaré a la señorita "por qué si las bombas son amigas no las tiran con flores", ya que ésta sería la mejor forma de ahorrarnos llevarlas a las tumbas, pues ahora vamos diez y volvemos cuatro? Y vuelta a empezar? Y los niños no entendemos nada de oficialistas, rebeldes, el hermano en casa o los amigos de fuera, esas son cosas de adultos, sólo sabemos que hasta ahora hemos llevado 400.000 ramos.
Muchas gracias, Señores Majestades, y como este follón no tiene fin, permítanme que les pida otro deseo: "Que esas flores-bombas sean blancas para que los que mueran sientan la ilusión de que son palomas de la paz".
A ver si el año 2018 les puedo pedir otra cosa bien distinta. Adiós, amigos.